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sábado, 19 de julio de 2014

En mi Huerto de los Olivos: Cómo nos gustan unos tambores


La verdad es que era impensable que con la tarde de “caló” sofocante, hubiese tanta gente viendo a las dos procesiones de la Virgen del Carmen que parecían mares humanos. Y mientras saludas a unos pocos de amigos morenos de sus recientes vacaciones y dejas de ver a otros que ya estarán con ellas, se pasó la festividad del Carmen.

Entre los sones del Carmen de Salteras y Tubamirun de Cañete de las Torres, el olor a incienso que me pone el vello de punta, el sudor que recorría cada centímetro de mi cuerpo, las chicotas sin marcha aprovechaba para poder dialogar con los amig@s cofrades para ver cómo están nuestras hermandades, se me vino a la cabeza que cómo nos gustan unos tambores y nos echamos a la calle a ver las dos procesiones del Carmen, cuando la tarde noche en nuestra ciudad te invitaba a estar en casa con el aire acondicionado o en una piscina refrescándote.

Allí entre marcha y marcha como decía anteriormente, me enteré del nombramiento de Rafael Muñoz Cruz, como capataz de Ntra. Sra. de la Fuensanta Coronada, para la próxima salida procesional el 8 de Septiembre. Enhorabuena. Cómo me alegro de ver a Rafael disfrutando el pasado miércoles con su Virgen del Carmen Coronada. Así me regalaron dos fotos de la misma Virgen, el carmelita, profesor y amigo D. Juan Dobado para que siga bendiciendo a mi hija. Gracias Padre.

Y escuchando de fondo al Carmen de Salteras por los Jardines de la Plaza Colón se iba difuminando la imagen del palio carmelita ante la devoción cada vez mayor hacia dicha imagen. La verdad es que la petalada fue preciosa unos momentos antes de su entrada en los jardines. 

Allí volví a reencontrarme con mis amigos de siempre, con los cuáles me fundí en un abrazo de hermano. Besé a amigas y felicite a mis “carmenes” para ir saliendo de los jardines a paso de tambor y enfilar la calle Santa Isabel para zigzaguear para llegar a San Lorenzo y poder ver a la Virgen del Carmen de Puerta Nueva.

En el transitar de las calles pasando por San Agustín, me acordé de mi amigo José Luis Ochoa, que hasta este año fue capataz de la mejor obra de arte que se pasea por Córdoba. Ánimo José Luis. Así estaba a punto de enfilar la plaza de San Lorenzo cuando me encuentré a otro gran amigo y mejor costalero, Francisco Silva con su familia, el más pequeño que me dio un beso al verme,  y que iba a ver más tambores.

Ya en la calle María Auxiliadora se divisaba la estela de la Virgen de Puerta Nueva, allí me volví a parar con otros pocos de amigos, capataces y costaleros, todos con unas ganas de ver procesiones y escuchar tambores y marchas. Ya la “caló” hacía mella en mi pierna izquierda pero aun así me dio tiempo de poder verla por el Santuario de María Auxiliadora Coronada con una marcha que me encanta como es “Hosanna in Excelsis”. 

Continué hasta el siguiente giro y allí recé mi última oración para despedirme de Ellas, para darle las gracias un año más y citarme con Ellas para el año que viene, si Ellas quieren.

Pachi Giraldo









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