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sábado, 26 de julio de 2014

La Esperanza de Triana tuvo dos mascarillas


A la ya de por sí compleja historia de la imagen, Vicente Acosta, autor del libro de historia de la hermandad que vio la luz en 2009, añade un dato que aún hace más apasionante la singladura de esta talla. Según Acosta, Gumersindo Jiménez Astorga, el artista que se encargó de restaurar a la Esperanza de Triana tras el incendio de 1898, realiza una mascarilla nueva y retira la antigua que después recupera José Ordóñez. Es decir, que según los datos que maneja el que fuera hermano mayor de la coronación, desde 1898 hasta 1913 la Virgen fue otra imagen.

Textualmente, el relato de Vicente Acosta en el libro cuando se refiere a la suspensión de la estación de penitencia de la cofradía entre 1912 y 1915 es el siguiente: "La hermandad, sabemos que aprovechó ese tiempo para restaurar de nuevo la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza. Sabemos que después del incendio habido en su altar, de la capilla que ocupaban en San Jacinto, daban como muy satisfactoria la restauración de Gumersindo Jiménez Astorga pero por lo visto no resultaba del agrado de todos, lo que obligó a la junta de gobierno a cambiarle la mascarilla y reponer la antigua. Este trabajo de restauración lo llevó a cabo en 1913 el escultor José Ordóñez, quien además le colocó unos ojos de cristal devolviéndole la belleza primitiva, para satisfacción de la hermandad y alegría de los trianeros.

Donde no supo o no le encargaron nada fue en las manos de la imagen, que continuaron siendo poco bellas e inexpresivas. La mascarilla que le quitó a la Virgen la colocó el escultor en una talla de medio busto que, metida en un fanal, cree el autor de estas páginas que sigue estando en poder de una antigua familia trianera, pues así se lo contaron".


 



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