Alguna vez me he preguntado, ¿qué pasaría si no hubiera Semana Santa? ¿Si hoy o mañana se decidiera que se acabó la Semana Santa?
Pues mi respuesta la encuentro tan complicada que me quedaría corto explicándola, pero si tuviera que resumirla en una frase sería "que muchas personas perderían mucho". Y no solo hablo de dinero, que también, ni de la gente que está involucrada de lleno en las cofradías, hablo de personas que, de manera directa o indirecta, vive de la Semana Santa. Personas que tienen restaurantes en calles muy cofrades, hoteles y demás comercios que a lo largo del año encuentran en el mundo cofrade parte de su sustento. Pero eso es de lo que siempre se acuerda todo el mundo. Comercios y a su vez familias, que o están conectadas directamente al mundo cofrade o no tiene por qué.
Pero hay una serie de sectores de los que muy pocos se acuerdan y de los que yo hoy me quiero acordar para reconocerles su esfuerzo, dedicación y trabajo y que gracias a ellos la evolución y el desarrollo de la Semana Santa es posible. Estoy hablando de todos aquellos orfebres, tallistas, carpinteros, imagineros, dibujantes, talleres de costura, etc. que se dedican si no al 100%, al 90%, a la Semana Santa. Todas esas personas y muchas más permiten tanto la conservación de lo tradicional con sus restauraciones de imágenes y patrimonio históricos de una hermandad como la evolución con la creación de nuevas imágenes y de nuevos patrimonios para las hermandades tanto centenarias como modernas.
Sin ellas todo el trabajo que se realiza dentro de las hermandades no serviría de nada y los comercios humildes que ven una manera de sobrevivir en cierto modo a las dificultades económicos del momento, no podrían sobrevivir. Porque la Semana Santa, no es una fiesta como muchos piensan, es una forma de vida para muchos y una manera de sobrevivir para otros muchos. Alabo a todas esas personas autónomas y familias enteras que trabajan y ponen su granito de arena para que las cofradías y todo lo que rodea al mundo cofrade se mantenga y siga desarrollándose. A todas esas personas: gracias por vuestro trabajo.
Sin ellas todo el trabajo que se realiza dentro de las hermandades no serviría de nada y los comercios humildes que ven una manera de sobrevivir en cierto modo a las dificultades económicos del momento, no podrían sobrevivir. Porque la Semana Santa, no es una fiesta como muchos piensan, es una forma de vida para muchos y una manera de sobrevivir para otros muchos. Alabo a todas esas personas autónomas y familias enteras que trabajan y ponen su granito de arena para que las cofradías y todo lo que rodea al mundo cofrade se mantenga y siga desarrollándose. A todas esas personas: gracias por vuestro trabajo.
Alberto Rider Cros
Fuente Fotográfica Alberto Rider y Esther Cayuelas