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martes, 5 de agosto de 2014

La Voz de la Inexperiencia: Ahora vienes y me parodias


No hay palabras para describir los ataques a las Hermandades. Empezamos por el robo a las cofradías, pero no nos bastó, los bienes económicos ya poco nos satisfacen. Lo que nos gusta el superarnos en comportamientos sucios, rastreros, asquerosos. 


Y no son asquerosos, sucios y rastreros los comentarios en sí, sino las personas que dan rienda suelta a su imaginación. Montones de vidas vacías, personas que gustan de hacer daño, que se engalanan con ataques a sus contrarios, que se enorgullecen de lo que a mí me da vergüenza ajena. 

Corruptos, cofrades marujas y canallas, chismosas del costal, tertulianos de mierda que solamente saben sembrar eso, "mierda". 

No encuentro, ni busco, para qué engañarnos, palabras que suenen bien, propias de unas manos frágiles e inocentes, adecuadas para oídos sutiles. 

Bueno, tras esta introducción, o más bien, tras este vómito de palabras -por desgracia- cargadas de verdad, procedo a explicarme: el domingo por la tarde me llegó una fotografía de mi Señor, bonita manera de emprender hora y media de camino en coche dirección Córdoba, cuando la abro para apreciar la belleza que desprenden las manos de esa Oración Hortelana, me encuentro con la sorpresa de un comentario nada grato, decía así: "tu cara cuando vas a una discoteca y no te dejan entrar porque vas en deportivas". 

Qué desafortunada frase, oración irrespetuosa para el que Ora por todos nosotros. 

Os digo más, acto cobarde e infame. Aquí me tenéis, con mi nombre y apellidos firmando estas palabras, el día que ustedes "queridos twitteros", cuentas falsas y demás, hagáis comentarios a títulos personal, comentarios desde vuestra propia cuenta, comentarios frente a un hermano que pasa horas en su Hermandad, comentarios frente a mí, que hortelana hasta morir, no permitiría ofensa alguna hacía ninguna imagen que pueda tener un fiel seguidor como mi Señor me tiene a mí. 

El día que entren en San Francisco, se pongan ante Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto y bajo el mismo prisma que encuadra la fotografía que ustedes habéis empleado como motivo de mofa y burla, me vais a contar qué se siente ante el Dueño y Señor de mi vida. Id y decidme si no os echaríais a la hoguera. 

Que nadie se escandalice ante mi reclamo, nadie va a salir ardiendo más allá de la vana posibilidad de que le exploten sus conciencias. 

Como mi abuela dice: "Dios escribe derecho pero con renglones", ustedes, cobardes, sois esa delgada línea que lucha contra una sola palabra, la Palabra Sagrada. 

Como soy mujer, suelo adelantarme a todo, y ante comentarios tipo: "para ser una línea, bien que nos dedicas un artículo", solamente me cabe decir que mientras a ustedes os escribo unos párrafos, a mi Señor le seguiré escribiendo lo que me reste de vida.

María Giraldo Cecilia







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