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martes, 2 de septiembre de 2014

La Firma Invitada: La regeneración pendiente


Sugerencias, propuestas y ocurrencias para enriquecer el ‘código ético’ que prepara un miembro del Consejo de Cofradías para evitar nuevos bochornos como los de la pasada cuaresma, cuando trascendieron las comisiones y encargos de trabajos a parientes y allegados.

Sillas y palcos

Por analogía con los cargos de la Administración pública, los señores consejeros presentarán la denominada Declaración de Bienes Morados (DBM) al inicio de mandato, donde harán constar el número de sillas y palcos que poseen a su nombre o al de sus cónyuges y/o demás parientes en esa fecha. La DBM se actualizará al dejar el cargo con el objetivo de comprobar si ha habido aumento de palcos, mejora de fila o existen más sillas a su nombre. Es decir, si se ha practicado el muy habitual mangazo de la carrera oficial.
Transparencia

Por analogía con la Casa Real británica, que publica hasta los gastos en cátering con todo detalle (incluidas las botellas de Beefater que se consumen en las residencias de Su Graciosa Majestad) y, por supuesto, por analogía con el Arzobispado de Sevilla (que entrega su informe económico anual a la prensa), el tesorero del Consejo publicará las cuentas de la institución al milímetro, sin maquillajes ni camuflajes contables. Los estadillos serán enviados a los hermanos mayores al menos diez días antes de la asamblea, con el objetivo de que la sesión sea una verdadera fiscalización de la gestión y no una exaltación del “se aprueba” o de gestos estreñidos de la mesa ante cualquier pregunta tan legítima como incómoda.

Especial atención

El señor tesorero prestará especial atención a la publicación de los gastos en concepto de viajes fuera de Sevilla, transporte por la capital, dietas de manutención y otros desembolsos efectuados en representación de la institución con la finalidad de no dar pábulo a las lenguas largas. Especialísima atención se prestará a los pagos efectuados con tarjetas de crédito asociadas a la cuenta de la institución. Cada invitación en establecimientos de hostelería deberá estar justificada, de tal forma que a su reverso aparezcan citadas las personas a las que se ha agasajado, de cuyo cargo se deberá entender, deducir o colegir que se trata de un motivo de verdadero interés para los objetivos fundacionales del Consejo de Cofradías.

Principio inspirador

En caso de dudas a la hora de interpretar los preceptos referidos al control de la gestión económica y a la referida DBM, aplíquese aquello que se decía hace muchos años, muchísimos años: “A estos cargos hay que llegar ya con palco propio y con el reloj de oro ya comprado para que no te lo regalen los silleros”.

Familiares

No recibirán encargos de ningún tipo, ni institucionales ni gratificados en metálico o en especie, los cónyuges, hijos, sobrinos, hermanos, cuñados, primos hermanos, padres o abuelos de miembros de la junta superior del Consejo. Por supuesto, quedará terminantemente prohibido el establecimiento de relaciones laborales con personas que tengan relación de consanguinidad con miembros de la institución, con el objetivo de evitar analogías con el Tribunal de Cuentas. Ni la Catedral, ni la curia, ni otras organizaciones vinculadas al orbe católico podrán ser referidas como ejemplo a la hora de evaluar el cumplimiento de este precepto, porque entonces habría que cerrarlas o suspender las cenas de Nochebuena en muchas casas de orden.

Del pregón

Jamás podrá ser elegido pregonero un hermano mayor en el ejercicio de su cargo. Se trata de evitar el síndrome de Juan Palomo, máxime cuando después es el sufrido pueblo de Sevilla el que padece las consecuencias, porque ya se sabe quiénes están llegando a hermanos mayores últimamente… Con algunas honrosas excepciones. Ni se podrá votar a hermanos mayores, ni a personas fallecidas, ni a señores que no haya autorizado el manoseo de su nombre en las quinielas. No se buscarán pregones que “necesita” Sevilla, que al Pregón no se va como el que acude al médico del seguro a por recetas, sino pregones para vibrar con la oratoria y el testimonio de alguien que conoce las claves de la fiesta más hermosa de la ciudad.

Términos inapropiados

Los miembros de la junta superior cuidarán no sólo especialmente la vestimenta personal (tiradora modelo consiliario para actos de medio pelo, etiqueta Dustin para el nivel medio y traje cruzado azul o gris marengo para el palquillo), sino el lenguaje empleado tanto en las reuniones de la junta, plenos o asambleas, como en las entrevistas periodísticas. Términos como “pistoleros” para referirse a compañeros de junta están fuera de lugar, así como los descalificativos dirigidos a los posibles filtradores de deliberaciones internas resultan de todo punto censurables. A la hora de pagar un taxi o una convidá, ningún consejero usará los fondos de la institución con manidas coartadas: “¡Encima no me va a costar dinero el cargo!” Merecerán el calificativo de irrisorias aquellas que aluden a la posesión de grabaciones entre el filtrador y el informador profesional, que luego nunca las oímos y no sabemos si aparecen psicofonías de gente pidiendo palcos. Y quedan fuera de catalogación aquellas que aluden a la consulta a un abogado para la toma de posibles acciones en Derecho contra los informadores profesionales.

Del uso del palquillo

Deberá evitarse la acumulación de cónyuges, hermanos, primos, sobrinos, tíos y padres en los alrededores del palquillo de la Campana o de otros palcos desde los que se establece el control horario (risas en off) del paso de las cofradías, sobre todo si están en posición de florero. Igualmente, se evitará ir acompañado por estos parientes cuando se acude fuera del término municipal en representación del Consejo de Cofradías, sobre todo porque la institución que invita tiene un verdadero problema para habilitar más sillas de las previstas y se da rienda suelta a todo tipo de comentarios.

Carrera oficial

El listado de titulares de sillas y palcos de la carrera oficial será público, pues público es el suelo en el que se organiza una actividad que hace posible el funcionamiento del Consejo de Cofradías, que mueve cerca de cuatro millones de euros al año y cuya política de transparencia sencillamente no existe. A ver si toman nota de Don Juan José, que ha continuado con puntualidad y con todo acierto con la política de transparencia de Don Carlos, quien publicaba hasta su asignación personal como arzobispo.

Lealtad

Si el presidente presenta su dimisión por motivo de salud u otra causa particular sobrevenida, los tres cargos generales renunciarán de inmediato a seguir en sus puestos a no ser que los hermanos mayores respalden su continuidad en una votación secreta.Los tres cargos generales deberán tener siempre presente que fueron elegidos a dedo por su presidente y que deberán proveerse de la legitimidad de la asamblea antes que escudarse en la eclesiástica. Antes de marcharse deberán cumplir, por supuesto, con la presentación de la DBM anteriormente descrita.

Disposiciones adicionales

Tengan bien claro cuantos accedan al Consejo que la Semana Santa existe muchos siglos antes de que esta institución fuera creada para la gestión del negocio soñado por cualquier empresario, aquel que se cobra íntegro cuatro meses antes, aquel para el que hay demanda para duplicar las plazas y aquel en el que no se devuelve el dinero aunque no haya celebración por causa de lluvia u otras contigencias: la carrera oficial.











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