Hablar por hablar de la relación existente entre las Cofradías y los curas, es harto difícil por no decir casi imposible. Incomprensiblemente existe unas distancias aparentemente insalvables.
La mayoría de los sacerdotes son reacios a una buena relación y entendimiento con las hermandades, no están de acuerdo con el testimonio que actualmente dan nuestras cofradías, cada día mas distantes de sus principios y fines. El interés festivo se va imponiendo y generalizando a paso agigantado, para el divertimento de un público cada día mas alejado de sus creencias y buenas costumbres cristianas.
Pero también, no es menos cierto el poder de convocatoria que las instituciones cofradieras tienen en Semana Santa, desaprovechado totalmente por este colectivo sacerdotal, incapaces de adherirse para lograr una recuperación generalizada del equivoco de las mismas.
Por suerte, exista un número de cofradías de negro, que son las que están más en línea con las directrices de una Iglesia Penitente y austera dando el testimonio cristiano que el mundo actual necesita.