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lunes, 3 de noviembre de 2014

Enfoque: El alcalde pregonero


Blas Jesús Muñoz. Esto no es Marinaleda. Estamos de acuerdo en que Nieto no es Sánchez Gordillo (aunque ya podría haberlo imitado en su forma de defender lo suyo, la patria chica que es una aldea, un pueblo o una ciudad). Tampoco estamos en una villa de la sierra o la campiña donde la revista de las fiestas locales viene trufada de artículos con foto de las autoridades locales. Ni este país vive aun en un páramo de latifundios  ¿O sí?

Lo que está claro es que tenemos un alcalde pregonero o exaltador, que no exaltado, del Carmen concretamente. Y tendrá un presentador que es un viejo conocido de fotos y campaña permanente, que emula a las cofradías que, quizá, puestos a pensar, cree que son parte de sí, de él o del partido.

Y lo que parece más claro aun es que no habrá un discurso literario que seduzca. Más bien, un alegato político, camuflado en una iglesia conventual.

Es la decisión soberana de la cofradía a la que hay que hay que felicitar. Antes bien, habría que preguntarse el por qué de un giro tan radical, cuál es el punto equidistante entre José Antonio Nieto y Joaquín de Velasco (anterior exaltador). Personalmente, prefiero siempre a Joaquín. 










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