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lunes, 3 de noviembre de 2014

La Saeta sube al Cielo: Halloween y otras formas de cargarnos nuestros orígenes


Los cristianos católicos estamos celebrando estos días la festividad del 1 de Noviembre en honor a Todos los Santos. Esa es la auténtica celebración de estas fechas, los zombis y las brujas no es motivo de fiesta para los cristianos. Aunque por desgracia parece que en los últimos años nos dejamos influenciar por las festividades foráneas, es como si a los norteamericanos ahora les da el “venazo” de vestirse de corto, montar unas cuantas casetas de feria y llevar a las muchachas en la grupa de sus caballos mientras se escucha de fondo cantar a Los del Río… sin sentido, ¿verdad? Pues así veo yo que estamos acogiendo estas fechas desde hace unos pocos de años.

Pero ¿por qué celebramos el día de Todos los Santos? Los santos son personas iguales que nosotros y desde siempre ha habido santos, desde el principio de los tiempos. Por eso, porque son personas iguales que nosotros, todos estamos llamados a ser santos gracias a la Fe que Dios nos regaló el día de nuestro bautizo. Y una forma de ser santo es querer seguir a Cristo en sus actos.

Y aunque todos conocemos gran cantidad de santos, bien por sus pasos y por sus obras, también considero dignas de reconocimiento a un gran número de personas que siguen con la voluntad del Señor y no se les pone nombre, como son los misioneros. Pero más allá de los misioneros hoy en día hay muchísimas personas que se dedican al bienestar de los demás por voluntad propia y que yo también considero santos.

Por este motivo, porque es muchísimo más digno de celebrar, las buenas voluntades de todas estas personas, creo que deberíamos ir relegando disfraces tontos que nos quieren imponer desde otros países. Que también entiendo que nos gusta mucho una fiesta y cualquier excusa es perfecta para el cachondeo, estamos de acuerdo en eso, pero que no se nos olvide nunca los orígenes de nuestras celebraciones católicas.

Estela García Núñez












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