Blas Jesús Muñoz.
2014
Si tuviéramos que proclamar al cofrade más mediático del año que termina, probablemente, Antonio Santiago sería el elegido. El capataz de la Macarena (cualquier cosa ¿verdad?), es el hombre en el que los medios posan su atención cuando la audiencia flaquea.
Desde el Porvenir hasta Cantillana, es uno de los capataces con más hombres y martillos a su cargo y, durante 2014, las noticias, entrevistas, reportajes y referencias han orbitado en torno a su persona. Supongo que debe ser complicado vivir ajeno a toda esa vorágine , si bien Antonio siempre ha dado muestras, a este respecto, del aplomo y la mesura que un personaje de su dimensión debe mantener en todo momento.
Si se tratara de otorgar un premio, sin dudarlo, le otorgaría el del saber estar, pues ha soportado noticias de toda índole. Desde las supuestas declaraciones de aquel hermano mayor que lo comparó con Cristiano Ronaldo hasta al artículo sobre la extraña forma en que se mueven sus palios, que cierto quiso recuperar, tal vez, movido por la imperiosa necesidad de audiencia (todo ello, a pesar de que algún romántico que trabaja para el mismo en su sección cordobesa se emperre en negar la mayor).
2015
El año que se aproxima estará, sin duda, marcado por la ausencia de uno de sus hombres de mayor confianza. Ernesto Sanguino y su entrada en el Consejo del Real Betis Balompié desencadenaron la última batería de noticias en torno al mundo de abajo en relación con el apellido Santiago. Aun con todo, no parece existir la más mínima duda razonable en que Santiago sabrá solventar eficazmente la situación.
Además, en el horizonte -casi a dos años vista- Antonio será parte fundamental en los actos de la Coronación Canónica de la Paz, una vez ésta sea aprobada. Actos en los que vendrán a la memoria mil recuerdos y, en especial, aquellos relacionados con el patriarca de la saga, el inolvidable Manolo Santiago.
Sea como fuere, 2015 volverá a ser su año, pues hasta la fecha Antonio Santiago es el referente de una generación de capataces que han llevado el mundo de las trabajaderas a su máxima expresión.