Después de una semana de nuevo convulsa, me veo en el dilema de escribir una nueva experiencia que la verdad me llena en lo más profundo de mí.
Sólo puedo tener palabras de admiración hacia esa persona. Es uno de mis ángeles de la guarda, que me ayuda en mis malos momentos, que me aconseja y me escucha como mi amiga que es. Y desde estas humildes palabras sólo quiero darte ánimos, besos, abrazos, comprensión, cariño, amor, reprimendas, etc…
No dejes que nada ni nadie te pueda quitar por un momento tu sonrisa de tu cara. Quiero que seas como ese costalero que en los malos momentos aprieta los dientes, mete su cuello aún más, se pone más erguido y pone su cabeza alta para ver lo todo de frente y sin miedo a nada ni nadie.
Sé, que tú eres capaz de eso y de más. Y lo digo por la experiencia que ya tus diecinueve años de vida me han demostrado que no hay ningún reto imposible para ti. Eres una guerrera de amor de tus amistades, estudios, familia. Eres una enamorada de la vida por muy difícil que te lo ponga ella misma. No te rindes ante nada ni nadie, y sé que no es fácil este último trago, pero vas a salir de él, al igual que saliste victoriosa de los anteriores.