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domingo, 25 de enero de 2015

Enfoque: Abuchear a Sevilla


Juan Antonio Martínez. Es uno de mis ídolos de juventud y, como él no le cantó nunca antes, yo no le escribí ni fui a Sevilla. Respeto a quienes se emocionan y se encelan con la Macarena o mueren en Triana, pero soy mu´ cordobés y no tengo interés en Sevilla. Prefiero mi Domingo de Ramos, caminando detrás del Señor de Córdoba, pa´que nos vamos a engañar. Y además me dan ganas de escribir una comparsa y cantarle a Córdoba na´ más a ver qué pasa. Pues no pasaría mucho o lo mismo sí, si le canto como los gitanos del Puerto cantaron a los toros. Y lo mismo me sacan en una página taurina defendiendo mi libertad de expresión y me mearía de la risa.

No sé si el titular del Abesé es cierto y si la Seña Zuzana saldrá esta tarde dando una rueda de prensa. O si saldrá en la Sexta Noche Eduardo Inda diciendo que la culpa de los abucheos es de Podemos, o del coletas o del que tiene apellido de bolso. O si saldrá en los deportes otra vez que el Arcángel tiene más grietas que dejó el maremoto en la Viña. Porque ahora la moda es indignarse con todo. Por eso, les dejo esta letra del Maestro Antoñito Martín con su Comparsa del Genio hace un par de años. Para resolver las dudas:


Una copla a Sevilla

No sé por qué motivo algún que otro autor,
cada vez que mi copla
le canta a Cai, le canta a Cai,
se empeña en enfrentarme con nuestra afición
y sin más argumento me monta al momento
un guirigay, un guirigay...
Diciendo que mi copla se ha quedao atrás,
que hoy se hace Carnaval, por mucho que yo diga,
cantándole a otros pueblos,
por ejemplo a Sevilla...
Y es verdad que a Sevilla
nunca mi pluma le ha escrito un verso
cuando enjuaga la luna
sus bucles de plata en el Guadalquivir...
Ni al Puente de Triana 
en la madrugá de misterio y silencio,
caminando el Cachorro,
lo más sevillano, dispuesto a morir...
Nunca le hice una copla
al Callejón del Agua,
ni cambié la Giralda por la Torre Tavira,
ni el río Guadalquivir por la orilla del mar,
la Plaza Doña Elvira
por Plaza las Flores, Cai y Sevilla...
Es verdad que a Sevilla nunca le canté,
que mientras que otros la intentaron conquistar,
yo me quedé en la Viña
tal vez muerto de envidia o de celos quizá...
Pero es verdad también, que nadie se equivoque,
que una copla nunca por mi boca se llegó a escuchar
decir: "los sevillanos son tos carajotes..."
No te equivoques, no te equivoques.

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