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viernes, 2 de enero de 2015

Enfoque: Comilona y reformas en la sede de la Agrupación por Navidad


Blas Jesús Muñoz. Habemus sede, debió pensar más de uno cuando el pasado día 19 de diciembre vio la noticia en la web de la Agrupación de Cofradías. Una reforma de la sede que la hace más funcional y moderna, como puede observarse en las fotos. También pueden observarse los platos de comida dispuestos sobre la mesa y a algún político y/o hermano mayor que no va a sus cultos (o no todos los días), pero que no se podía perder un ágape, por más que el mismo recuerde a los cumpleaños de los ´80 (si bien, las fotos no permiten ver bien si había cortezas o mediasnoches).


A la memoria me vuelven vivamente los tiempos en que a J.B. se le negaba el pan y la sal -por no hablar de la pimienta y se le criticaba lo mismo que ahora sus sucesores hacen. Curioso. Vamos a ser un poco populistas y someter al juicio de la necesidad de la sociedad la obra social de que coman un puñado de cofrades y políticos un tapeo por obra y gracia de la Agrupación. No hace falta, ¿verdad? Y más teniendo en cuenta que los políticos van bien servidos a lo largo del año, tanto que ni el Omeprazol ni la sal de frutas ni el Almax les deben hacer efecto. Están inmunizados.


Retomando el tema de J.B. (no es John Benjamin Toshack). Si a él se le hubiera ocurrido acometer una reforma de la sede qué hubieran dicho. No se preocupen que yo se lo cuento. En primer lugar, se hubiera aducido la falta de necesidad, mientras que, de seguido, se habría echado en cara el gasto superfluo y así -con su larga lista de contras- hasta el infinito.


No dudo de que la reforma hiciera falta y que, seguramente, no hay que ponerla en valor frente a la cantidad destinada a obra social por el organismo cofrade. Porque, mirando las imágenes,uno se pasma con ese estilismo en la decoración que recuerda más a un salón de belleza que a una sede cofrade. Y porque dar algo de comida a alguno de los allí presentes es, desde luego, pura labor asistencial.



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