Juan Antonio Martínez Aragón. Escuchaba la chirigota de Juan Luis Cascana los otros días y al oír el segundo pasodoble casi me meo encima y mando una nota de agradecimiento a Onda Cádiz, que me gusta menos que el programa de cofradías de PTV. Hablaba la chirigota del carnaval de antes y del de ahora. El de antes más purpurina, pero menos gomina. Y luego relataba como son ahora de guapetones y engreído los comparsistas (que se la dan de artistas) y me recordó tanto a los costaleros que tenía que escribirles otra vez. Además, si me equivoco y meto una hache donde no es pos se me va a entender igual, diga lo que diga el niñato. Y además que me han comentado en la redacción de Gente de Paz que gustó tanto que mandan mensajes y le dan al feisbús alegría a mi costa. Así que me he hecho una cuenta para ver qué carajo dicen de uno y responder con la misma alegría los improperios en persona.
Total que los costaleros se la dan de artistas y más de uno se ha indignado por lo que escribí el otro día. Qué malaje chiquillo. Si es la verdad, no mosquearse chavales. Como los buenos comparsistas os la dais de artistas. Ellos se engominan y se retuercen mientras cantan y vosotros sacáis pechito y marcáis esos musculitos tan varoniles. Una vez estaba en un bar tomándome un buen medio y entró uno de esos costaleros fornidos y con el costal casi tapándole la boca y casi lo confundo con un ladrón y su pasamontañas. El detalle de llevar la cabeza pa´tras hizo que me diera cuenta de que era un costalero, pero la primera impresión no te veas. Detrás el muchacho aparecieron dos amigos o guardaespaldas de pantalón marroncito, chaqueta cruzada (no confundir con los chaquetitas blancas) y barbita cuidada que está tan de moda (yo prefería la de Juan José, aquel magnífico pelotero del Cádiz). Le daban palmaditas en la espalda y como el tabernero era cofrade le pregunté, ¿tanto están valorados los costaleros que tienen representante y entrenador personal? El hombre se rió tanto y yo hablé tan alto que faltó lo justo para que me partieran la cara. Así que algunos costaleros se la dan de artistas, pero nunca serán chirigoteros porque no tienen sentido del humor. ¡Y al que no diga olé que se le seque la yerbabuena!.
