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sábado, 14 de febrero de 2015

En mi Huerto de los olivos: Hablar o callar


Buenas a todos los lectores de Gente de Paz. Llega un fin de semana de contrastes una vez más y muy especialmente en nuestra ciudad milenaria. Fin de semana de ensayos, carnaval, enamorados, conciertos, ensayos, estrenos, finales y en cualquier momento o resquicio comentarios de ida y venida y sobre todo en redes sociales y de camino caída en cascada por otros sitios.

Lo dicho, que esta Don Carnal en la calle con la final del concurso de asociaciones carnavalescas, pregón y los primeros en disfrazarse para salir a la calle y vivir esta fiesta ante la puerta de la Cuaresma. Y con ello uno de los estrenos más esperados cinematográficamente hablando, y más aún porque sus libros han sido un éxito de lectura y venta pues por ahí anduviera la película, pasados unos días de la entrega de los “Goya” y a pocos de los “Oscars”. Por cierto si le bajan el IVA cultural, que con tanto ahínco piden, por qué no me lo bajan a mi o a usted que me está leyendo. Ahí lo dejo…

Bueno que me desvío de mi tema. Que llega un fin de semana lleno de buenas palabras, de regalos, de hechos que parece que solo valen para este fin de semana por ser el de los enamorados. Pero cuál es mi tristeza que por cualquier opinión, hecho, o acto consumado nos sentimos ofendidos como si el resto del mundo estuviese en contra mía. Qué falta de humildad. Nos creemos el ombligo del mundo y yo, y yo, y yo. Y si no es yo, es porque yo, porque yo y más porque yo.

De verdad, si quieres realizar las cosas hazlas sin tener que mirar qué dirán. Si se hacen de buena fe y corazón, que más da que fulano o mengano diga o comente o exprese su opinión sobre algo que has hecho o dicho. Es triste ver como cada uno se justifica desmereciendo lo que hace el otro. Antes de criticar sin tener todos los puntos de vista, por favor quédate callado.

Abraham Lincoln, dijo: “Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad que hablar y quitarles toda duda de ello”

Pasando al nuestro mundo cofrade y terrenal, ¡cómo me gustan los ensayos de costaleros! Me están llenando de vivencias para mi Pregón del Costalero. Y agárrense que vienen curvas y estén atentos que vienen dificultades tanto con los pasos de ensayo, con los pasos de salida, con las chicotás de aquellas eternas que hacían capataces a la antigua usanza, con las igualás -que he dicho igualás- si porque hay algunos que llevan en sus pasos un “tetris” de las trabajaderas, y otros que hacen las cosas como se tienen que hacer porque debajo de los pasos, recuerdo, van personas humanas. 

Recuerden que lo importante es disfrutar de cada momento, no sufrir, porque para sufrir ya tenemos esta vida. Recuerda que como tú tires el boomerang así te volverá. Si lo que siembras son tormentas ya sabes lo que te volverá serán tempestades. Y no lo eches a tu mala suerte toda la culpa o a los demás porque tú no eres así. En vez de mirarte tu ombligo, como dije antes, mira a los ojos y se honesto. Aunque tú no me puedas decir eso a mí. Y si te sientes ofendido por algo que dije, no eches balones fuera y afróntalo, ven y hablamos como personas no removiendo la mierda, que como bien sabemos cuánto más se mueve más huele. 

Hoy estamos a 14 de Febrero, día de San Valentín, felicidades a mi cuñado y a todos los que estén enamorados de otra persona. Sean felices y disfruten de cada instante con esa otra persona. Mañana puede ser tarde.

A escasos 28 días de pregonar, al oficio o a la consideración de ser costalero. Para todos los locos enamorados de este mundo del costal y el martillo, felicidades. Sigan con su romance del costal, la faja y el llamador.


Pachi Giraldo











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