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sábado, 14 de febrero de 2015

Enfoque: WARNING!


Blas Jesús Muñoz. Admonición, admonitorio, advertencia, amonestación, aviso, escarmiento, prevención, mensaje de advertencia, señal de aviso... El warning es una de esas palabras especiales que, traída de la lengua de la Reina Madre (aquella que conservaba sus días en el formol de la ginebra), con su solo vocablo nos trae un sinfín de acepciones de peligro y/o advertencia.


Algo parecido sucede con el mensaje emergente que pueden, ahora, observar al entrar en Gente de Paz. Es un warning de manual. Una señal de peligro en los senderos sinuosos de la red que, como aquellos símbolos en las casetas eléctricas, te advierten de la cercanía de la electrocución, si no estás preparado para leer opiniones de todo tipo, índole y condición.

La opinión no es libre, lleva consigo un warning de los grandes, uno de esos que rezaban "atención peligro de muerte" y parece que los kamikazes no sólo están en Cipango, sino que también pasean por Córdoba en pantunflas, delante de un ordenador. Lo que sucede es que si tienes Windows y no un buen Mac, con determinados artículos se te planta el reloj de arena en el escritorio de la cantidad de mensajes que puedes llegar a recibir.

Lo más divertido, o lo más triste -depende por donde se mire-, es cuando te llevas de regalo el warning por algo que no ha escrito uno. Que si el capataz es de primera o de segunda, que si te burlas de una cofradía, que si criticas a los costaleros... Más pronto que tarde habrá un artículo que posicione los acontecimientos y las opiniones propias, si bien será cuando toque. Pues, hasta la fecha, si algo resta de minúscula libertad es la decisión de escribir sobre lo que se quiera y cuando se estime oportuno.

Y la libertad y la expresión parecen dos términos antagónicos e inexistentes en la alambrada que cerca la propiedad del warning. Que no es más que un latifundio inmenso, un coto privado de caza donde se da permiso para cazar un par de veces al año con una regulación estricta que determina qué y cómo hacerlo. Seguramente uno se sienta como Alex Corretja cuando en un partido del US Open en Flushing Medows gritó "Dios" y el juez de silla entendió "Puta". En esa interrupción de la comunicación estamos. Hagan caso al warning de GdP que las señales siempre se ponen por un motivo.








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