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sábado, 7 de marzo de 2015

En mi Huerto de los olivos: Qué poco falta ya...


Reconozco que estoy un poco ausente de la vida cofrade de ahora mismo, de lo que nos está aconteciendo en estas fechas. Estoy muy metido en mi pregón del costalero, porque ha sido todo una experiencia el recordar cada momento que he vivido bajo la trabajadera. Y el pasarlo a papel. Es difícil poder expresar que he sentido al escribir cada una de las palabras de mi pregón, pero espero poder hacer llegar mis emociones a todos.

Así que me he puesto un poco al día y tenemos un fin de semana lleno de pregones y exaltaciones. Pero es que después vendrán más hasta llegar al más importante que será el Pregón de nuestra Semana Santa en el que esperemos que el pregonero tenga el mismo arte y sentimiento que cuando coge la muleta o el capote.

De esta manera las hermandades son ya un hervidero de reparto de túnicas, de limpieza de enseres, de preocupaciones porque no ha llegado este estreno o va a llegar con la hora justa para colocarlo en su sitio. Y para colmo parece que el frío nos va a ir dejando para que el astro rey comience a dar más calor y así empecemos a mirar hacia los naranjos para ver si el azahar que estaba escondido por el invierno es capaz de sacar sus primeras hojas.

Las túnicas se empezarán a desempolvar y llevar a limpiar como si el mejor traje fuera. Aunque ahora las tintorerías limpian casi todas las túnicas, no se me va de mi recuerdo, a nuestras madres con el papel de estraza y la plancha quitando la cera. Volveremos a probarnos si el cubrerostro nos queda bien o no, o si es tan viejo que tendremos que comprar otro. Ahora el dilema: ¿sigo con el tradicional cartón o cambio a las nuevas técnicas en fabricación de capirotes de fibra o de rejilla?

Iremos por la calle y escucharemos a ese conductor cofrade con las marchas procesionales a toda pastilla en el radio cd  o mp3 o mp4 o ipad de su coche, porque es su manera de pregonar que estamos en Cuaresma o que ya está aquí la Semana Santa. Iremos a las tiendas cofrades a comprar un poquito de incienso y carbón para dar olor a nuestra casa y algunos jartibles como yo, incluso, a la calle donde vivimos.

Todos los que nos consideramos cofrades a nuestra manera de entender este sentimiento, expresaremos nuestro pregón con nuestras formas de decir soy costalero, o soy nazareno, o soy acólito, o soy músico o lo que sea. 

La vieja Cuaresma colgada en más de una casa por parte de nuestras madres y cuando lleguen los viernes se le irá quitando cada una de las sietes patas que tiene. Ahora nos veremos un poquito más porque tendremos como lugar de encuentro las tabernas cofrades para tomarnos un refresco, un poleo o como cada uno quiera llamarlo. El olor a incienso en la ropa rellenará el vacío en nuestro cuarto al llegar y dejar la ropa allí colgada.

Seguiremos disfrutando de los conciertos, pregones, exaltaciones, ensayos de costaleros, besamanos, besapiés, iremos a ver a nuestras Vírgenes vestidas de hebrea, acompañaremos a Nuestro Señor en sus Vía Crucis, los priostes de palio tendrán ya su cera perfilada para colocar sus candelerías, unas más estudiadas y otras buenamente puestas con lo que hay. Las ropas de las imágenes preparadas para ir vistiendo a todas las composiciones, las túlipas echadas en agua para poder ir limpiando e ir colocándolas en sus candelabros. Se colocaran los varales y los techo de palio, para ver cómo se mueven, si hace falta retocar algo para que la estética y el movimiento sean perfectos.

Aún habrá enfados y disgustos pero esto será debido al mismo nerviosismo de que esto está aquí más cerca y parece que no se llega y nos falta días, horas…

Y así hoy día 7 de marzo diremos que estamos a sólo 22 días del Domingo de Ramos.


Pachi Giraldo













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