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domingo, 19 de abril de 2015

El cáliz de Claudio: Yo dimitiría...‏


Lo reconozco soy un romántico. Quizá, el último romántico como llamaba el tristemente desaparecido Andrés Montes a Pablo Ibáñez. Y, en determinados casos, dimitiría aunque eso esté tan caduco como los artículos de Luis Miranda, pidiendo que no cerquen plazas, si ese es el compromiso social que necesita Córdoba, yo, dimitiría.

Haría lo propio si los nazarenos sobre los que yo mando echaran más fotos que los que retrataron la muerte de Lady Di. O si mi cortejo de 150 nazarenos tarda más que el de la Macarena con cerca de 3000. Yo, dimitiría.

También hay bandas que doblan a muerto, como el interfecto por el que doblaron las de Hemingway, cuando tendrían que estar repartiendo alegría a raudales. Si no saben dónde están, yo, dimitiría.

Luego se hallan los que recortan más que Montoro y se cargan hasta el rezo del Vía Crucis cuando lo pone en sus reglas. Si no eres capaz de encontrar capataz ni de que te aprueben las cuentas, yo, dimitiría.

Para acabar nos topamos con los que yerran en la estadística. Los mismos que antes se jactaban del fallo ajeno. Sacan programas de mano con sus errores convenientemente puestos y, como los buenos políticos, escurren el bulto con el que atizaban cuando eran oposición. A ellos, a usted, a mi, yo, dimitiría.

Blas Jesús Muñoz






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