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miércoles, 6 de mayo de 2015

El Cirineo: Políticos que tratan a cofrades como a gilipollas


Ocurre con demasiada frecuencia y si preguntásemos a diestra y a siniestra, curiosa distribución física la que hace el castellano, el común de los mortales llegaría a la misma conclusión: los políticos nos toman por gilipollas. Esta aseveración que es de obligado cumplimiento y que se confirma cada vez que leemos las noticias y contrastamos cómo un partido alcanza el gobierno con un discurso liberal para implantar políticas de izquierdas subiendo los impuestos y masacrando a las clases medias en cuanto “tocan pelo” o cómo un proyecto de partido que se nutre de charlatanes pseudoculturetas de extrema izquierda, que han defendido toda su vida a cuasidictaduras filocomunistas como el régimen venezolano o sin cuasi y sin filo como el castrista, intentan situarse en el edén del centro político autodenominándose transversales y fichando para la causa hasta a cofrades, alguno de ellos presunto costalero, famoso en el mundo entero, y otros menos conocidos pero que te pegan con el carnet de Podemos en las narices cada vez que los criticas.

Este fin de semana, con la escasez de noticias derivada de las cruces de mayo que lo paralizan casi todo en la ciudad de la mezquita (sí, he dicho mezquita, que también es catedral para desesperación de algunos), estuve rebuscando en sucedidos de otras latitudes y me encontré, el mismo día, con dos noticias que demuestran científicamente cómo los políticos nos tratan como a ganado, defendiendo en menos de doscientos kilómetros de distancia una postura y exactamente la opuesta sin caérseles la cara de vergüenza. Resulta que en Hornachuelos, el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE e IU, ha nombrado alcaldesa perpetua a su patrona, Nuestra Señora Reina de los Ángeles, alegando la regidora municipal, María del Carmen Murillo (PSOE), que gobierna en coalición con Izquierda Unida, que “será un honor entregar el bastón de mando a la patrona” ya que “la Virgen vela por su pueblo y trabaja una alcaldesa”. Mientras tanto en Málaga, estalla la polémica porque los mismos partidos rechazan con toda la fiereza giliprogre a la nos tienen acostumbrados, la concesión de la medalla de la ciudad a Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, conocido popularmente como “El Chiquito”, alegando como excusa barata por parte del PSOE un defecto formal, que consiste en que no se ha llevado “la petición antes a la comisión de Cultura”, para demostrar que se oponen pero poco, queriendo quedar bien con unos y con los de enfrente (como suele ser habitual con los socialistas) y por parte de IU, en un arrebato increíble de cinismo político, que “la concesión de la medalla de la ciudad a la imagen de un Cristo contradice el carácter aconfesional del Estado, que consagra la Constitución y que ha de imperar en todas las administraciones públicas”, se ve que salvo en Hornachuelos.


A ver si nos aclaramos, ódiennos o ámennos, pero “teta y sopa no caben en la boca”. No se puede contentar a todo el mundo. Es imposible satisfacer a los devotos de una imagen en un pueblo a sabiendas de que lo contrario en este entorno sería un suicidio político (que pregunten en Almonte) y al mismo tiempo arengar a los alegres chicos de los tambores perroflautas contra sotanas y santos. O se es de centro o no se es, o se es de izquierdas o no se es, o se atiza a la malísima iglesia católica, llena de curas comeniños y se ataca a todo lo que huela a incienso o se defienden las tradiciones profundamente arraigadas en nuestra cultura, a riesgo de que te tachen de rancio, conservador o algo muchísimo peor… fascista, que es algo así como llamarte concubina del diablo en tiempos de la Inquisición. Claro que teniendo en cuenta que tenemos a una presidenta de la Junta socialista, cofrade, católica y que pretende arrebatarle a los cristianos la Catedral de Córdoba, nada debería sorprendernos a estas alturas, como decía aquél “Andalucía es asín

Ahora lo que toca es preñar las listas electorales de cofrades para intentar arañar cual ave de rapiña un puñado de votos, en una maniobra vergonzosa ante cuya visión uno se pregunta si realmente nos toman por idiotas o los idiotas son ellos, ¿o es que algún iluso piensa que alguien votó socialista porque Paco Alcalde fuese en sus filas, o que haya quien se eche en los brazos de Podemos por meter a algún costalero o contraguía incrustado en las suyas, o del PP por prometer ahora lo que no han hecho durante cuatro años…? A la vista de la materia gris que pulula bajo las siglas de los distintos partidos, en lo que a mi respecta cada día pienso más como mi admirado Julio Dominguez Arjona y tal y como ya dije en alguna ocasión anterior, estoy en un punto en el que la única urna que me interesa es la del Sepulcro.

Guillermo Rodríguez













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