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sábado, 20 de junio de 2015

Candelabro de cola: De errores imperdonables en el Regina Mater


A seis días de la celebración del Regina Mater las Hermandades participantes deben tener, a nuestro particular criterio, motivos para preocuparse por la organización de la misma. Sin ánimo, por supuesto, de ser agoreros entendemos que a pesar del ánimo de subsanación de algunos de los errores cometidos en septiembre de 2013 en la celebración del Vía Crucis Magno de la Fe, hay al menos dos puntos en los que volvemos a tropezar en la misma piedra.

Hace casi dos años el “tapón” de público que se generó en la Cruz del Rastro y que colapsó durante casi dos horas el paso de la mayoría de las Cofradías participantes en el evento –y a Dios gracias que ahí quedó, porque pudo haber tenido consecuencias muchísimo más graves- se generó debido a la confluencia simultánea de Hermandades en el comienzo del itinerario oficial, al que llegaron Cofradías desde Miraflores, Lucano, Feria y Cardenal González. En esta ocasión, esta última calle queda expédita para el tránsito de personas y para la evacuación de las bandas que acompañen a las Vírgenes Coronadas que vengan desde San Fernando y desde Lucano. Esto ayuda, claro. Pero no podemos evitar plantearnos qué ocurrirá en el entorno de la calle Capitulares, donde confluirán la mayoría de Hermandades participantes procedentes desde Alfonso XIII, Claudio Marcelo o San Pablo… En resumidas cuentas, ¿es posible que lo que se haya hecho sea solo anticipar la posible bulla al inicio del itinerario oficial? ¿Solucionará el presunto vallado de toda la calle la Feria y la ubicación de los cuerpos de seguridad al comienzo de la misma para disolver al público la hipotética aglomeración de personas en el transitar de las Hermandades por San Fernando?

Al margen de los posibles retrasos que provoquen posibles lanzamientos de cohetes, petaladas varias y el caminar de fieles y devotos tras Imágenes tan veneradas como las que ya se encuentran en la ciudad y las que restan por venir, habría que plantearse por qué se repite idéntica forma de organización del acto central de culto: oración en la Puerta del Puente, acceso a la Catedral (que sigue teniendo una única puerta de entrada y salida) y homilía de nuestro Señor Obispo. ¿Cuál es pues el acto central del Regina Mater? ¿La oración ante el paso de las 25 Vírgenes Coronadas? ¿O bien la homilía de la máxima autoridad eclesiástica de la diócesis? Si el acto primordial es el primero, es obvio que el segundo sobra y por tanto resultaría perfectamente prescindible, por lo que la vuelta de Hermandades a los templos ganaría muchísimo tiempo y ayudaría a evitar la generación de grandes retrasos sobre todo para las últimas Hermandades en pasar por el itinerario común. Si, por el contrario, lo esencial es la homilía del Obispo ante los componentes de los 25 cortejos en la Catedral, quizá nos podrían ahorrar los respectivos traslados hasta el primer Templo de la ciudad organizando una misa común a cuya finalización, a una hora decente, las distintas Corporaciones podrían realizar traslados hasta las diferentes iglesias que sean punto de finalización de la Magna Mariana. Los pasos y tronos podrían haber estado expuestos al público en la Catedral durante la tarde del viernes 26 y la mañana del 27, la salida de la Catedral hubiera podido atravesar un itinerario común similar al actual (llegando a los templos de turno a una hora también decente) y durante el 28 se podrían haber organizado actos de culto en las distintas iglesias en las que hubieran finalizado su participación en el Regina Mater. Pero volvemos a repetir el error del itinerario común (futurible carrera oficial-segundo ensayo, ¡acción!) más homilía catedralicia con el ánimo, suponemos, de que en las calles no haya nadie para cuando las Hermandades vuelvan a transitar por calles accesibles para el personal…

No digo yo que organizar un acto de esta envergadura  (en esta ocasión, obligación caída de sopetón como el que no quiere la cosa para la Agrupación) sea sencillo, ni mucho menos. Pero hombre, por lo menos podríamos empeñarnos en no volver a cometer dos de los principales errores en los que caímos hace apenas un par de años. Esperamos, no obstante, que por el bien de todos el Regina Mater se celebre con las menores incidencias posibles.


Marcos Fernán Caballero









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