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martes, 9 de junio de 2015

Enfoque: Juego de varas


Blas Jesús Muñoz. Creo que lo leerán en el Sanedrín, pero me ha hecho tanta gracia que no podía dejar pasar la ocasión. Al igual que la famosa serie (que no he visto y al parecer sigue con atención Pablo Iglesias), "Juego de Tronos", la procesión oficial del Corpus se ha convertido en un juego de varas.

Analizando fríamente el recorrido que parece haberse instaurado, no me parece del todo mal cambiar el eje de la ciudad al entorno de la Catedral como casi en todos los sitios civilizados sucede. La diferencia es que aquí, dicho eje, necesita trabajos duros de albañilería para dar una arquitectura que lleve al esplendor y al lustre que tanta falta nos hace en tantos aspectos.

Entre tanto, en un recorrido tan breve, tan de barrio como una Octava (como diría, Antonio Maya) y con tanta representación... varas y estandartes lucen al sol de la tarde de un domingo que no nos invita a pensar en recuperar ni tan siquiera el jueves, pues se torna en un anhelo tan imposible como otros tantos que porta la insuficiente Córdoba.

Varas, estandartes y medallas que hacen del Corpus una justa medieval con el Obispo cubierto con su capa ante el Santísimo y, salteados, trajes de colores varios y vestidos palabra de honor que, al final, van a dar razón a la prohibición de escotarse en la Magna porque aquí, por nosotros mismos, no sabemos ni vestirnos.








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