Blas Jesús Muñoz. La apertura de la segunda puerta de la
Catedral que, sin duda, mejoraría notablemente no solo el discurrir de
las cofradías que actualmente realizan su estación de penitencia en el
primer templo de la diócesis, sino que agilizaría el traslado de la
carrera oficial a dicho entorno; parece seguir enquistado en diversos
frentes. Todo ello pese a la aprobación de la retirada de las celosías
por parte del organismo competente de la Junta de Andalucía.
Si les informábamos en este medio de la intención del
Primer Teniente de Alcalde y Presidente de la Gerencia de Urbanismo,
Pedro García, de supeditar la concesión de la respectiva licencia para
el comienzo de las obras al consenso entre todas las partes, incluida la
Unesco. Por su parte, los herederos del "autor" de las celosías, Rafael
De La-Hoz Arderius, podrían recurrir ante la justicia ordinaria,
agotada la vía administrativa.
¿Autor o Coautor?
"En aras de la verdad de los hechos, quiere dejar
constancia expresa de que no se considera el único autor de las
celosías, sino que reconoce sin reserva alguna que don Rafael de la Hoz
Arderius es asimismo coautor de pleno derecho de las mismas". Con estas
afirmaciones de Víctor Ángel Caballero Ungría, quien por parte de la
Junta de Andalucía es considerado el verdadero autor de las celosías, se
alimenta -aun más si cabe- la polémica en torno a este asunto.
Para Caballero Ungría, de 92 años de edad, Rafael de la Hoz
Arderius "ha de ser considerado coautor de las referidas celosías". Y
es que según la versión de los familiares de De La-Hoz como la que
parece mantener Víctor Caballero, el referido coautor de las celosías no
quiso firmar el proyecto a consecuencia de que el mismo ostentaba la
máxima responsabilidad en la Dirección General de Arquitectura.
Una controversia que no parece ir más allá del plano de los
tecnicismos y que, sin embargo, no hace sino afectar a la puesta en
marcha de un proyecto menor en el monumento. Cabe recordar que el templo
cuenta con bastantes siglos de historia, mientras que las celosías
apenas superan los cuarenta años de existencia.