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sábado, 19 de septiembre de 2015

Calvario de iris: Jesús Divino Maestro


Beben las nubes, en las huellas de Jesús en su caminar sobre las aguas. Nutren sus pies, a la simiente que guarda su mensaje en la tierra, arraigando la fe a una simiente, que espera estar preparada para la perenne floración. Todo lo que el ser contempla es efímero, más su palabra nos dice, cuán cerca esta nuestra impronta de la eternidad. 

El tiempo son suspiros que peregrinan al encuentro del Padre. Mira desde tu corazón y tus ojos proyectarán emociones. El silencio es el mejor conversador, que nos hace entender y conocer, la forma de encauzar nuestras oraciones. El Magisterio de Cristo está fundamentado en el amor, su diáfana claridad en las Bienaventuranzas, su reflejo, en las tonalidades de las almas. 

Él es la vela que nunca se consume, por más tinieblas que el ser siga sembrando, Él es el umbral iluminado, que siempre nos recibe con el abrazo, emocionando a la Naturaleza.

José Antonio Guzmán Pérez












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