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martes, 15 de septiembre de 2015

De trama simple: Rumores de guerra en el seno de La Paz



Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes

Isaac Newton


Desde que inicie mi colaboración con este espacio, mis artículos han versado sobre diferentes temas dando simple y llanamente mi humilde opinión. Me gusta la verdad, ir de frente. No suelo ocultar tras veladas sedas las cosas que pienso, aun sabiendo que me pueden perjudicar, suelo ser de los que se posicionan, no dejando lugar a las medias tintas. Soy persona de claras convicciones pero abierto al cambio si me ofrecen argumentos suficientes para ello. Sé que mis opiniones tendrán seguidores y detractores, pero entiendo que es algo lógico y común en una sociedad plural y civilizada que vive en democracia.

Nuestras hermandades tienen criterios y normas establecidas. Sus juntas de gobierno elegidas democráticamente tienen total soberanía sobre sus actuaciones; afortunadas o no, meditadas o no, gusten o no, tiene poder de decisión y soberanía plena. Los capataces elegidos por las juntas de gobierno como cargo de confianza, tenemos total potestad para elegir a nuestros costaleros e imponer nuestras formas de trabajo, normas  y elección de los componentes de nuestras cuadrillas, respetando las normas y estilos de cada hermandad y los criterios establecidos por sus juntas de gobierno. Pero, hay algo muy por encima de todo esto según mi opinión, la devoción y la fe hacia nuestros titulares y tener presente que nuestras imágenes son del pueblo, de sus devotos  y fieles.

Siento preocupación por los "rumores" que me llegan de mi querida hermandad de la Paz sobre decisiones que afectarán a la cuadrilla de costaleros de la señora. Rumores, sobre un más que probable cese de muchos hermanos costaleros que aun teniendo la intención de continuar bajo sus trabajaderas pueden ser apartados de las mismas, sin más argumentos que no dar el perfil requerido tras años de trabajo desinteresado.

De ser ciertos, generarán un malestar entre muchas personas que se han dejado la piel bajo las trabajaderas de la señora.  Devotos hermanos, que siempre han estado junto a ella.

Estamos hablando mucho de los dirigentes políticos de nuestras administraciones, de sus guiños a grupos de presión, de sus desafortunados comentarios y actuaciones, de su constantes cambios de rumbo, de sus desaires y confrontación hacia el colectivo cofrade que no llevan sino al malestar entre ciudadanos. Ahora no es momento de ponernos a su altura, de extrapolar estos  defectos políticos  a nuestras juntas de gobierno. No podemos torpedear el fin último de nuestras instituciones religiosas, el amor a Dios y a su bendita Madre, su culto y la expresión pública de Fe, basándonos en pobres argumentos.

Sé que muchos dirán que ser costalero es una forma más de hacer penitencia, y no la única. Sé que hay muchas formas de venerar y rendir culto a nuestros titulares, y tienen razón aquellos que así piensan, pero para aquellos que así razonan, tengo unas preguntas; ¿habéis sido costaleros?, ¿habéis sentido el esfuerzo recompensado con el rezo debajo de una trabajadera?, ¿habéis notado su llanto en vuestro hombro o su mano en vuestra espalda?, ¿y si fuerais vosotros los elegidos, los marcados con fecha de caducidad determinada?. 

Considero que nadie tiene la suficiente potestad para limitar los sentimientos, la fe y la devoción de nuestros hermanos cuando no existen consistentes argumentos.

Hay que saber gobernar sin presiones de ningún grupo de poder, mirando a nuestro alrededor, entendiendo y viendo lo que nos rodea, dando cabida a todo, aunque no sea de igual opinión ni provenga de nuestro cercano entorno. Hay que integrar, no excluir, pues de ser excluidos y silenciados estos grupos, se perdería la pluralidad y el enriquecimiento que aportan con sus distintos puntos de vista y es ahí donde radica la virtud y la esencia de la democracia, la virtud y la pluralidad de un pueblo y de una hermandad como parte viva del mismo.

No demos argumentos  a aquellos políticos que nos quieren  hacer pequeños, busquen la paz interna necesaria y  recuerden que esta no se consigue apartando y silenciando al que discrepa, pues con estas medidas tan sólo se ensombrece al legislador y empobrece a su gobierno. 


Manuel Orozco














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