Antonio Botella. A finales del pasado mes de agosto el primer teniente de alcalde, Pedro García, emitía unas declaraciones en las que manifestaba la inviabilidad del Museo Cofrade a causa de la disposición en la cual se pretendía instalar: el antiguo convento de Regina, donde también estaba previsto albergar el Museo de las Cuatro Culturas -que han coexistido a lo largo de la historia de la ciudad-.
No obstante, una semana después de haberse producido dicho testimonio, David Luque, el segundo de García, ha confirmado a los medios de comunicación que la sala museística de las cofradías se llevará a cabo. Sin embargo, no ha aclarado en qué emplazamiento se asentará, aunque sí ha asegurado que no será Regina donde se podrá contemplar tal exposición.
Asimismo, Luque ha informado acerca una conversación telefónica mantenida con el presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel -quien afronta su último año de mandato al frente de este organismo-. La misma, efectuada con el objetivo de normalizar las relaciones entre ambas partes, fue emprendida por el edil de Presidencia; una persona que, pese a haber pertenecido a la junta directiva del ente agrupacionista en los años noventa, compara la atención a este colectivo religioso con la afición al dominó.
Una confesión -esta última- que no corresponde con la revelación de la alcaldesa Isabel Ambrosio en la cual afirma que "no hay ni un menosprecio ni un agravio comparativo" a las hermandades. Unas contradicciones que no hacen más que aumentar el malestar engendrado por el propio cogobierno en el gremio de las cofradías, por lo que el supuesto esfuerzo en tener una buena relación con este numeroso colectivo son simples falacias.
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