Blas Jesús Muñoz. Hay nombres que siempre formarán parte, no de nuestro pasado, sino de la historia que nos condujo a hasta el presente cierto de los días. Una historia que se viste con los nombres propios que se cruzaron en el camino para hacer de él un espacio donde aprender hasta de lo que no creímos que se pudiera.
Los amigos, con los que compartimos tanta inquietud, tantas noches en que nos sorprendió la madrugada, se presentaron como una elección personal que no dio lugar al equívoco porque la decisión estuvo siempre en nuestras manos y elegimos su compañía.
Para un amigo, con el que acabo de compartir un momento que me retrotrae en el tiempo va cada una de estas líneas. Su nombre no les será muy conocido, pero tanto parecer distinto me hizo crecer tanto que siempre a él le deberé parte, o lo mucho de cuanto escribo.
Este artículo iba a tener su nombre propio, pero nunca he deseado que nadie me acompañe en esta andadura que ha de ser solitaria y abierta al mundo hostil a que nos enfrentamos. A él van las líneas de este martes que se avecina porque otro martes nos unió para siempre. Fueron muchos días pero hay otros que aun le restan al tiempo para saber que las cofradías siempre tienen algo de regalo.
Recordatorio Enfoque: A los que se ríen de las cofradías