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sábado, 17 de octubre de 2015

El cáliz de Claudio: Eres más que la Esperanza


Blas Jesús Muñoz. Bien sabes que la mitad de mi vida se quedó en San Andrés, bajo la caída infinita de los párpados de otra Mujer -que fue la primera y siempre será la última-. Sabes que bajo los muros fernandinos quedaron guardadas mil historias, incluidas las primeras palabras, cuando todo era ilusión y promesa. La misma que una noche, frente por frente a su capilla, descubrí que en tus labios también se hallaba la misma promesa.

Han pasado tantos años que ya ni recuerdo lo que quedó de mi. Se perdieron muchas cosas y se ganaron otras. Inicié un camino sin retorno, pero tú también estabas en él, no sé si a la mitad, cuando no regresé sobre mis pasos y, sin embargo, de nuevo estaba en mi casa.

Ya no soy joven ni estoy cansado. Sigo mirando con la ilusión intacta, mas con la conciencia que derrumbó aquella inocencia. Soy menos cofrade y rezo más; soy más quien quise ser y no me arrepiento. Te miro hoy en una estampa y sólo puedo decirte lo que tantos te dijeron ¡Guapa!

Puede que la meteorología se enfrente a la expectativa y que haya quien no lo asimile. Sin embargo, mientras caminas hacia tu siglo la sinfonía de tus besos entregados a la ciudad se hace más fuerte y me da igual que te pongan o te quiten mil medallas, que salgas o no salgas a la calle porque tu mirada, tus labios que anuncian la promesa están en la memoria espiritual de aquella noche de San Andrés donde las miradas que esconden secretos se cruzaron para siempre.










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