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miércoles, 28 de octubre de 2015

Enfoque: Ataques con faltas de ortografía


Blas Jesús Muñoz. Nunca me motivaron los himnos (con "h") a la salida de los pasos. La Marcha Real representa mejor el significado de Cristo y su Bendita Madre. Tampoco me gustan los himnos (repito, con "h") en actos políticos de consumo interno en el que su sentido no es más que una autoafirmación de consumo interno sobre el sentimiento que se les supone a los miembros de una comunidad que se articula por costumbres comunes, lengua común, cultura común, tradiciones comunes... Todo tan común que ni es comunal ni se parece al comunismo.

Por ser más esclarecedor, no creo que acabar un mitin con el himno (con "h") de Andalucía en Córdoba tenga mucho sentido. Si fuera en Bruselas, pudiera ser que algo más. Ser patriota no significa sustituir el símbolo religioso por el del Estado, a no ser que se quiera eliminar el componente espiritual y los ministros de la nueva religión sean a su vez políticos.

Una redundancia elevada a la enésima potencia de una degradación de lo religioso que, desde la autoproclamada nueva izquierda (no la de López Garrido), se quiere potenciar hasta decir basta y no quede un solo poso de siglos de cultura. En su pequeña y cutre escala cordobesa, se proyecta en tasas para las cofradías, cera que mancha el suelo o puertas sin abrir.

Sin embargo, la receta la traen aprendida de memoria, pero no escrita. De hecho, cuando escriben cometen errores tan de bulto como el que aparece en la imagen del tuit de Podemos. Imno de Andalucía. Ahí es nada. O la nueva izquierda (izquierda sin "h") parte de un analfabetismo preocupante, o lo preocupante es que se permitan aleccionar a la masa teniendo como responsables de redes sociales a personas que no conocen la sencilla arquitectura de la palabra himno (con "h"). Me da miedo pensar como escribirán hermandades...




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