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martes, 3 de noviembre de 2015

De trama simple: Cofrades de charanga y pandereta



"La España de charanga y pandereta, 
cerrado y sacristía, 
devota de Frascuelo y de María, 
de espíritu burlón y de alma quieta, 
ha de tener su mármol y su día, 
su infalible mañana y su poeta"


No se puede describir mejor un país, si me apuran una bendita tierra como esta, que en estos versos de D. Antonio Machado. Versos que toman fuerza si analizamos con cierta perspectiva lo vivido en esta pasada festividad de los santos y difuntos, donde nuestras tradiciones más arraigadas han sido en parte enturbiadas por otras llegadas de fuera.

En una tierra que ha descubierto el idioma de Shakespeare y el bilingüismo escolar forzado, y en vez de enriquecerse con él, deja de respetar y pulir el suyo, donde los dirigentes de nuestras instituciones públicas, abogan por el laicismo llevado al extremo y se inventan comuniones civiles, donde nuestros comerciantes, ven que tradiciones importadas, dan más beneficios que las autóctonas y donde parte de la sociedad, las desconoce, ignora o no respeta. En está nuestra tierra, alguien debe poner el contrapunto y hacerse valedor y guardián de ellas, para intentar que sobrevivan a los ataques continuos que vienen sufriendo.

Las cofradías como instituciones religiosas, históricas y basadas en la tradición, deberían hacer una labor activa en este sentido.

Muchas han sido las aportaciones hechas en este fin de semana, pues muchos han sido los actos cofrades realizados para la festividad de los santos; besamanos, cultos, rosarios, misas, lutos, procesiones; muchos llenos de sentido y con un exquisito cuidado estético, pero ¿es suficiente? ¿están libres nuestras cofradías de estas tendencias? ¿pueden ser guardianas de las tradiciones? ¿respetan y conocen las suyas?. Visto lo visto y leído  lo expuesto por otros articulistas, es posible que la semilla del  despropósito, del olvido, de las tendencias y de las modas esté más arraigada de lo que realmente pensamos o deseamos en nuestras cofradías.  Esa simiente que empezó a germinar ya ha dado sus frutos entre algunos cofrades. Es curioso ver cómo cada día nos enteramos de una destitución o de un cambio en cargos de confianza, o como lo añejo de una hermandad se tilda de viejo y aburrido, lo antiguo de obsoleto, y lo estable y funcional se cambia y se modifica. Cambios, que llegan sin más justificación que la insustancial excusa de las tendencias o de lo fugaz de una determinada moda, y que están modificando los sellos de identidad de nuestras cofradías.

En tales circunstancias quien puede negar cuanta verdad encierran Machado en sus palabras. Es momento de hacer valer la función de nuestras instituciones, partiendo de la base de que somos poseedores y guardianes de un legado histórico, patrimonial, cultural y espiritual que no debemos modificar a nuestro antojo. Debemos evitar que el vano hoy, engendre un mañana vacío, y tenemos la llave para transformar una sociedad  inferior que ora y bosteza, en una sociedad activa, que se digne en usar sus cabezas y emplee todos los recursos y herramientas posibles para que ir construyendo una generación amante de sagradas tradiciones, formas y maneras y no una generación de cofrades que no vea más allá de todo aquello que vaya adornado por bulliciosa charanga y pandereta.

Manuel Orozco Estrada












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