Guillermo Rodríguez. El año que está próximo a culminar ha sido extraordinariamente intenso para la Hermandad de la Esperanza. Un año cuajado de ilusiones, de sueños cumplidos, de promesas imperecederas y recuerdos imborrables, que cuenta a cuenta han ido ocupando paulatinamente su lugar de privilegio en el baúl de la memoria de toda la Córdoba Cofrade, ese que se alimenta con los pequeños tesoros que cada ser humano acumula a raíz de las vivencias compartidas.
La Hermandad de la Esperanza ha cumplido setenta y cinco años de vida. Muy poco cuantitativamente hablando probablemente si lo comparamos con los siglos de historia amasados por las corporaciones centenarias que configuran buena parte del universo cofrade, pero todo un mundo para los que aprendieron a caminar de la mano de María Santísima de la Esperanza por ese sendero infinito de luz, fe y verdad que cada instante de nuestra cotidianidad su Bendito Hijo muestra al mundo entero.
Como no podía ser de otro modo, la corporación del Domingo de Ramos culmina este 2015 de la mejor forma posible, a la orilla de quien con su ancla aferra nuestras almas al mensaje del Amor y la Esperanza. Por eso, durante los días 10, 11, 12 a las 19:30, tendrá lugar en la Parroquia de San Andrés, el Solemne Triduo a María Santísima de la Esperanza, ocupando la Sagrada Cátedra D. Pablo Calvo del Pozo, consiliario de la hermandad. El día 13 de diciembre a las 13:00. tendrá lugar la Misa de Comunión General de Hermanos y la Función Principal.
Los cultos en honor de la bellísima morena que tallase Juan Martínez Cerrillo alcanzarán su cenit el próximo 18 de Diciembre, día de la Expectación de la Virgen María, cuando durante toda la jornada será expuesta en Solemne Besamanos María Santísima de la Esperanza poniendo el broche de oro a una año casi perfecto.
Los cultos en honor de la bellísima morena que tallase Juan Martínez Cerrillo alcanzarán su cenit el próximo 18 de Diciembre, día de la Expectación de la Virgen María, cuando durante toda la jornada será expuesta en Solemne Besamanos María Santísima de la Esperanza poniendo el broche de oro a una año casi perfecto.
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