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sábado, 9 de enero de 2016

Candelabro de cola: El Apocalípsis y los Reyes Magos podemitas


El pasado día 5 creí estar viviendo un auténtico mal sueño. Viendo el percal de lo acontecido en las diversas cabalgatas de Reyes en varias ciudades españolas donde la izquierda progre y superguay que mola mogollón se empeñó en dinamitar el día de la Epifanía la conclusión está lejos de ser otra. El repertorio dio para mucho pero en el top quedaron los Reyes-flauta de Madrid (los pobres no tenían ni para unas túnicas medio decentes) y las tres brujas de Salem sacadas del burdel más inmundo que pasearon por Valencia aterrorizando a todo pequeño que encontraban a su paso. La que no se pudo ver, gracias al Señor, fue la Cabalgata mamarracha de nuestra ciudad, ya que Pedrito Jones y Chabeli Ambrosio (también conocidos como las marionetas de Ganemos Córdoba) salen cuando no tienen que salir y se recogen cuando no se tienen que recoger. Lo siento por los niños de la ciudad, pero cuando uno tiene ya un poco de conciencia agradece ahorrarse sufrimientos tales, por lo que perderse el esperpento de cabalgata que el tripartito perdedor y la federación de peñistas tenían preparada me alivia las penas. Puestos a seguir sacando conclusiones en positivo me consuela también pensar que si Chabeli y Pedrito Jones, dos personas que se saltaron Barrio Sésamo cuando Coco explicó que es mejor no salir a la calle cuando llueve para hacerlo cuando reine el buen tiempo, han sido capaces de llegar a alcaldesa y a teniente de alcalde cualquier persona puede hacerlo. ¡Hasta gente que no es capaz de masticar chicle y caminar a la vez!

He estado buscando en el libro que cierra el Nuevo Testamento -el Apocalipsis, para las víctimas de nuestra mierda de sistema educativo actual- alguna señal que me permitiera confirmar que estamos cerca de nuestro fin, pero se ve que ni al discípulo amado le fueron reveladas barbaridades como las que tenemos en suerte padecer. O eso o quizá San Juan se equivocó cuando creyó ver una mujer sentada sobre una bestia bermeja de siete cabezas y diez cuernos y en realidad era Manola Carmena montada en una carroza de la cabalgata de Jerez (donde alguien entendió que pasear una langosta gigante era lo propio del día). ¡Debe ser eso! Ahora lo entiendo todo, qué duda cabe: ¡el fin de los tiempos se acerca de manera irremediable!

Por si un nuevo día naciera después de lo que está por venir y quedara rastro de vida inteligente en esta ciudad yo sugeriría que una entidad ajena a la federación de peñas y al ayuntamiento se encargue de aquí en adelante de organizar la cabalgata. Se me ocurre, así a bote pronto, la propia Agrupación de Hermandades y Cofradías... Parece una de las pocas opciones viables de mantener el carácter religioso de la fiesta de Reyes que celebramos. Dejemos a los hijos de Pablo las carrozas de carnaval y la de la fiesta del orgullo homosexual, que ahí sus reyes flautas y sus brujas de puticlub no van a desentonar.

Marcos Fernán Caballero










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