LO ÚLTIMO

domingo, 3 de enero de 2016

La Feria de los Discretos: Solidaridad cofrade


El año nuevo trae, al fin, la ansiada lluvia. Los campos aparecen patinados de forma brillante por el agua. Las hojas de los olivos, chaparros y alcornoques parecen cobrar vida en la soledad de la sierra. A lo lejos el pueblo. Blanco en su parte antigua y más gris en lo más moderno. La torre de la Catedral,  trazada por Hernán Ruiz sobre el alminar de la antigua mezquita, se alza solemne, y sobre él, la figura vigilante del Arcángel, guarda y custodio de Córdoba y por tanto de todos los cordobeses.

Las fiestas navideñas seguirán dando vida, artificiosa y rebuscada, eso sí, al pueblo. En el campo se vive todo de otra manera. Aquí no hay prisas, ni tampoco bullas, tampoco ruidos. La luz se percibe de otra manera, también la vida, mas recoleta y buscando muchas cosas en el interior de uno mismo. Luego, a lo mejor y con toda probabilidad, volveré a ser un Crápula, o quizás un pequeño Catilina como siempre fui. 

Hasta aquí ha llegado la última de nuestros ediles. Privar de ayuda a unas instituciones, seguramente por el mero hecho de ser católicos, en un gesto contrario a los principios constitucionales y sobre todo arbitrarios y partidistas. Estos ediles que nos gobiernan, gracias a un maquiavélico pacto de perdedores, solo piensan en la división del pueblo que tienen que gestionar, haciéndolo solo para los que los votaron, denostando y ninguneando a todos los que no guardan sus mismos ideales y pensamientos.

Varias asociaciones y fundaciones, cuyo único fin es hacer el bien para gente con problemas, han quedado fuera de la ayuda que el municipio les aportaba para sus propósitos sociales. Estos nuevos hijos de Lenin se les llena la boca con las palabras igualdad o solidaridad, pero en Córdoba han privado a muchos desamparados de una ayuda que vendría a paliar muchas miserias y desigualdades. Todo sea, tal vez, para potenciar otras asociaciones que fomentan el cultivo de los cogollos de ciertas hierbas aromáticas, o bien, otras que destinen los fondos a los juegos malabares y el aprendizaje de la flauta dulce o la ocarina.

Las cofradías cordobesas han vuelto una vez más a dar ejemplo. Primero fueron las corporaciones que hacen estación penitencial el Viernes Santo, quienes mostraron su solidaridad, luego las del Jueves y Martes Santo, y de seguro alguna jornada más se sumara a esta loable iniciativa de prestar una ayuda a quien la necesita, incluso a costa de tus propios beneficios. Esto es solidaridad en busca de una igualdad y no de cara a la galería, como la que dicen estos marxistas de café y cartón piedra, arcaicos y resentidos.

Pronto vendrán los reyes de Oriente. Tras su paso volveré al pueblo. A los Magos solo les pido lo mejor para todos los que busquen ser mejores, y carbón para los cerrados de mente centrados en su sectarismo. Las cofradías cordobesas, están dando una lección, y van ya unas cuantas. Como debe de ser, aunque en ocasiones la vista se nos nuble con bordados, tallas, dorados y cosas que no son nada más que una corteza a lo que son, y deben de ser, todas las instituciones que forman parte de la Iglesia Católica.

Quintín García Roelas











Hoy en GdP