Querido amigo, querido cofrade y sobre todo, querido Hermano... A ti Hermano va dirigida esta carta donde me gustaría dar una visión de lo para mí significa pertenecer a una Hermandad.
Posiblemente no nos conozcamos, puede que ni siquiera nos hayamos dirigido una palabra, pero somos Hermanos de la misma Cofradía. Puede que hayamos cruzado una mirada o un gesto en alguno de los Martes Santos que hayamos compartido, con nuestros nervios y nuestra inquietud, solo calmada ante la llamada en el cancel de la Trinidad y asomando nuestra cruz de guía ante el estupor de la gente que acude a nuestra salida.
Hermano, no sé si serás el 695,el 450 o el 007, pero ese número no significa nada. Todos somos iguales, con nuestros derechos y nuestras obligaciones. Seguramente habrás aportado tu granito de arena como yo para hacernos crecer y por eso te hablo desde la cercanía.
Como a mí, sé que te gusta ver cómo nuestra hermandad se hace mayor y poco a poco vamos dando los pasos para que así sea.
Seguro que te gusta comentar con tus amigos de otras hermandades que la tuya estrena esto o lo otro y que es la mejor o la más seguida del Martes.
Y por qué no, también te sientes orgulloso de que sea una de las que más nazarenos lleva o es de las que mejor anda.
Pero todo esto tiene el trabajo de muchos de tus Hermanos detrás y tú eres uno de ellos.
Para llegar a todo esto todos nosotros hemos trabajado y tú, Hermano, también. Nunca pienses que no aportas nada. Todo lo contrario. Simplemente por ser Hermano ayudas a que todo sea posible.
A día de hoy la Hermandad se encuentra inmersa en un proyecto ambicioso pero necesario para seguir creciendo y enriqueciendo nuestro patrimonio: el proyecto de palio de María Stma. De la Trinidad, y todos estamos colaborando con una cuota extraordinaria.
Desgraciadamente, todavía me encuentro con Hermanos que desconocen el porqué de esta cuota extraordinaria y que incluso piensan que es una cuota voluntaria, desconocimiento que es debido, en el mayor de los casos, por la falta de asistencia a los cabildos de hermanos donde se exponen y votan los procesos importantes de nuestra Hermandad.
Desde estas líneas quiero dar mi propio punto de vista, objetivo o no, pero un punto de vista realista y sincero.
El groso de nuestro sustento está en nuestras cuotas, pero la mayor parte de los ingresos se destina a nuestra Estación de Penitencia y los gastos propios de mantenimiento de patrimonio.
Otra gran partida a tener en cuenta es nuestra obra social, partida que, al fin y al cabo, es y debe ser la base principal de toda hermandad.
Pero para poder dar un empujón a nuestros proyectos, hace falta la ayuda de todos nosotros y de ahí la necesidad de establecer esas cuotas extraordinarias.
No hay que ver los extras como otra obligación más sino como una ayuda a nuestra Hermandad y, en definitiva, a Nuestros Titulares.
A lo largo de mis años en esta Hermandad, han habido otros proyectos que han sido sufragados por Hermanos, pero de una manera más anónima y personal aportando donativos. Ahora la iniciativa es muy diferente al tratarse de un proyecto muy ambicioso y, por supuesto, más valioso para engrandecer nuestra cofradía y, por ello, todos debemos remar en la misma dirección.
Sé que estas palabras pueden sonar discurso electoral pero no es mi intención... Solo quiero expresar aquello que tú, como muchos otros, probablemente no sepas por muchas cartas que se envíen o publicaciones que se hagan.
Hermano... Pertenecer a esta Hermandad es ser miembro activo de una comunidad religiosa viva y en continuo movimiento, sintiéndola como parte de tu vida, no sólo en cada Martes Santo, sino cada día como muestra de fe a tu religión y tus Titulares.
Tú, al igual que yo, sabes que todo esto no se financia solo. A todos nos gusta los mejores exornos florales, la mejor cera, las mejores bandas, las mejores insignias, los mejores pasos... Pero todo esto tiene un precio... Hablando de una manera más banal y fría: esto se paga con el esfuerzo de todos los Hermanos. Este tema no es cofrade ni religioso, ni si quiera de buen cristiano, pero hay que ser realista y abordar esta cuestión.
Esta pequeña aportación que realizamos, hace que podamos disfrutar de Nuestros Titulares en la calle cada Martes Santo. Esta pequeña aportación, es la que hace posible rendirles culto en quinarios, triduos y misas de hermanos a Nuestros Titulares. Esta pequeña aportación, por muy insignificante que parezca, es tan necesaria como vital para la existencia de nuestra querida Hermandad.
Quiero que entiendas que, tanto tú como yo, aunque seamos piezas muy pequeñas, somos parte importante en este complejo engranaje y que, entre todos, hacemos nuestra Hermandad grande.
Hermano... Espero haberte trasmitido, desde mi más humilde opinión y percepción, un punto de vista diferente y que te hayas sentido identificado conmigo y, sobre todo, concienciado.
Espero que con esta palabras, cuando te pregunten de qué hermandad eres, contestes con el mismo orgullo que contesto yo ... SOY HERMANO DE LA SANTA FAZ...
Javier Luque
Diputado de Medios de Comunicación y Social