Blas J. Muñoz. Se viste la Cuaresma en los altares que retoman el tiempo para retenerlo entre la cera ardida de los días. Y por la ciudad se edifica, mirando al cielo, los primeros grandes altares que llaman a la Semana Santa, desde la distancia exacta que distingue su particular liturgia. Las hermandades edifican su labor antigua y nos dejan instantes para el recuerdo que vendrá.
Y así el primer fin de semana de Cuaresma ya se ha determinado en actos y altares, como el ara que sostiene al Señor del Perdón para su Besapiés. Exornado por Pinsapo Flores, el mismo resalta la figura imponente del Titular del Perdón que gubiara Francisco Romero Zafra. Ataviado de un azul que parece elevarlo hasta el propio cielo del Miércoles Santo.
Días de cultos, oración y profundidad del pensamiento que se proyecta en un rostro que todo lo asume y se refleja en el cuidado de cada detalle como sus cofrades y Pinsapo saben orden darle y que bien podemos apreciar tanto en los cultos como sobre los pasos que pronto vendrán a ofrecer una fisionomía distinta de la Hermandad de San Roque.
Fotos Antonio Poyato
Fotos Antonio Poyato
