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lunes, 1 de febrero de 2016

La Chicotá de Nandel: Estoy tranquilo


Se pone la gente nerviosa en este tiempo. Está llegando la Cuaresma y han empezado los ensayos, se vislumbran nuevas amistades, se recuperan charlas con amigos a los cuales la vida los separa de uno al terminar los ensayos, la Cuaresma, nuestra Semana, nuestra Semana Santa.

Yo supongo que son los nervios típicos de esto, de volver a echar la vista atrás, ver que no somos ya tan jóvenes, o ver a esos jóvenes que ahora quieren ser como antaño fuimos. Pero poco a poco los nervios, o nos hacen estar más vivos que nunca, o juegan malas pasadas con decisiones, comentarios, intervenciones que no debimos realizar, o simplemente, no supimos explicar.

Pero en fin, yo, me siento tranquilo, estoy tranquilo. Este año para mí va a ser nuevo en muchos sentidos, quizá me pierda todo contacto visual y musical con el Domingo de Ramos. Quizá, experimente cosas nuevas el Miércoles Santo bajo la Paz y Esperanza, pero también puede que eche otras de menos. Quizá, la Semana Santa para mí también sea especial para mí, si es que la Reina de San Hipólito me permite poder pasearla, estar un ratito con Ella, contándonos nuestras cosas en el silencio mágico de esa noche.

Me siento tranquilo porque Javier Baena ha esperado su momento junto a mí, ¿seríamos, no seríamos elegidos para poder pasear a mi Madre? Y tuvimos suerte, vamos los dos a pasear la Paz y la Esperanza por toda Córdoba, y estoy tranquilo por ello, porque nadie lo supo, o muy pocos, y Javi, se presentó en una igualá que a mí me hizo sentirme muy nervioso, pero ya esos nervios pasaron, ya vuelvo a estar tranquilo.

Me siento tranquilo, porque todo va a seguir igual, que porque falte alguien en algún momento, en algún día concreto, no pasará nada. Todo sigue igual, pero me siento tranquilo porque los que siempre han estado van a estar.

Me pondría lo mismo nervioso si el Hermano Mayor de la Paz no sacara a su Hermandad, a la que lleva sacando más de treinta años. Si el Resucitado no fuera paseado por Enrique Aguilar, entonces si me pondría nervioso.

Y es que hay días en que uno se piensa dónde están las noticias. De qué manera hay que leer algunas cosas para poder incluso nombrarlo noticia, aceptar que una cosa es nueva o aunque haya pasado mil veces, ahora se pueda contar de tal forma que pueda ser noticia, por el simple hecho de ser noticia, sea como sea, caiga quien caiga, duela o alegre, se lea meramente como una noticia, como un hecho aislado o algo especial, hito a recordar o mera falacia.

Y así andamos, con los nervios, que nos hacen a veces derrochar todo nuestro lado más canalla, más favorecedor, o más torpe. Pero bueno, los nervios se quitan pronto, el tiempo también pasa, y, nosotros también pasaremos, el tema es en realidad… cómo nos vamos a encontrar, cómo nos van a ver, o lo que puede ser peor… cómo nos van a recordar y sobre todo por qué.

La semana que viene será otra semana más, pero para mí, otra semana menos, para la Semana Santa… y para cerrar otra etapa de mi vida, más o menos importante, pero etapa al fin y al cabo, y lo digo desde la tranquilidad, con nada, nada de nerviosismo.


Fernando Blancas Muñoz








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