Blas J. Muñoz. Tal y como les hemos venido informando durante estos últimos días, la Hermandad de la Esperanza se enfrenta a grandes desafíos el próximo 20 de marzo (Domingo de Ramos) cuando las puertas de San Andrés se abran para iniciar el camino hacia el primer templo de la diócesis. Entre otros factores, por la premura con que esta corporación penitencial habrá de enfilarlo.
A todo ello se une el hecho de que la cofradía de los gitanos tendrá ante sí un notable y extenso recorrido que, de regreso a San Andrés, no omitirá la ya tradicional bajada por la emblemática Cuesta del Bailío, donde propios y extraños se acumulan para ver el discurrir de los Titulares que guabiara Juan Martínez Cerrillo.
Sin embargo, otro punto de referencia para la corporación permanecerá inédito el Domingo de Ramos de 2016. Se trata del paso del cortejo por Santa Marina, primitiva sede de la Hermandad y a la que la misma ha realizado sucesivos guiños en años precedentes. De tal forma que, una vez discurra la cofradía por el antedicho Bailío, tomará Juan Rufo para enfocar Enrique Redel y acceder a su actual templo.