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domingo, 28 de febrero de 2016

Sendero de Sueños: Y se apodera de mí la desgana


Poco a poco, casi con una rapidez asombrosa se va acercando. Poco a poco vamos dejando atrás la Cuaresma y ya divisa ese Domingo de Palmas con el que soñamos.  He de reconocer que este año la desgana se ha apoderado de mi ser. No sé si por el tiempo que nos está haciendo de lluvia y frío o porque ves como los temas personales prevalecen por encima de la propia Hermandad. Tal es la desgana que mi casa no huele a incienso, no se escuchan marchas y no se habla de Semana Santa.

A veces, observando a ciertas hermandades tengo la sensación de estar viviendo en épocas pasadas, cuando los reyes se valían de determinados instrumentos para acaparar todo el poder, a cambio de que sus amigos los nobles conservasen algunos de sus privilegios. El pueblo soportaba toda clase de sufrimiento hasta que los tiempos cambiaron y descubrieron que ya no eran esclavos, y pasaron a trabajar sus propias tierras o las de otros a cambio de un sueldo. Y fue entonces cuando llegó el momento de dejar de estar callados, de la protesta y la revolución a pecho descubierto.

La desgana se adueña de mi alma cuando cuando observo, ya ni siquiera asombrada, que en cierto reparto de papeletas se cambian las normas y por desavenencias personales o cualquier otro motivo se despoja de su sitio, sin pudor alguno, a quien lleva en él mucho tiempo. ¿Dónde queda la rectitud, el rigor, que quien manda predica?

¿Tan poco confía cierto dirigente en su Junta como para ocupar el lugar de segundo de su segundo y no ir donde le corresponde el día de la salida? ¿Tan negra está su alma que tiene que pasar factura a sus hermanos, esos de los que presume en entrevistas, cambiándoles de lugar sin causa justificada, más allá de la dedocracia?

No me busque para vengarse de mí, no encontrará mi nombre en su lista. No me podrá mandar al primer sector como réplica, lugar que ocuparé con mi hija muy orgullosa, cuando la oscuridad, la arrogancia, la prepotencia y la venganza dejen de ocupar el sitio que no le corresponde.


Raquel Medina









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