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miércoles, 23 de marzo de 2016

La Agenda: Hoy es Miércoles Santo. ¡Que se pare el mundo!


Guillermo Rodríguez. Si cada año los cofrades cordobeses tenemos la sensación de que cuando llega el Miércoles Santo la semana más hermosa del año se nos va escapando poquito a poco de entre los dedos, este sentimiento se materializa con mayor fuerza si cabe en esta extrañamente corta Semana Santa que estamos viviendo y salvo ayer sufriendo. La que debía ser un Semana Santa para la historia lo está siendo por ser una de las que menos cofradías permitan en la calle de cuantas se recuerda, si el caprichoso clima no lo impide. Ya se lo que muchos dirán, quedará el Jueves y el Viernes y... pero ¿qué quieren que les diga?. Para mi una Semana Santa que comienza coja, coja se queda.

Si la maldita lluvia no hace acto de presencia esta tarde de Miércoles Santo, será el momento de poder gozar la belleza del incomparable marco de la Misericordia abriéndose camino por la calle Juan de Mesa a punto de entrar en su Basílica o en la estrechez de la calle Deanes, o la del Calvario en su salida por una puerta de San Lorenzo que cada año parece empequeñecer su ojiva y hacer más y más imposible una heroicidad que se repite cada primavera, o su caminar solemne por Santa María de Gracia, o esa escena inigualable de la Cofradía del Alcázar Viejo por las calles de su barrio, ese cuya frontera del Arco de Caballerizas se difumina al paso del Nazareno de San Basilio.


O la serena majestuosidad de María Santísima del Rocío y Lágrimas saliendo del Buen Pastor o por Valladres a la vuelta, a la que tantas veces buscamos los cofrades de la Paz cuando habitaba en San Miguel y a la que añoramos por las calles cordobesas cada luna de Nisán, o puesto a hablar de heroicidades, la qe demuestra la Piedad de las Palmeras por cualquier punto de su sufrido itinerario y que inundará con su rotunda humildad el mismísimo Patio de los Naranjos o la Calle de la Feria

Y cuando rompa la madrugada, será el momento de Ella, la Blanca Paloma de Capuchinos, la que inunda de blanca pureza cada centímetro de su recorrido cada Miércoles Santo, la que hará elevarse a un éxtasis sublime a la Córdoba que la ama, la busca y la venra, para bañarse en el mar de sus pupilas en los Jardines que una noche cada doce lunas se convierten en los Jardines de la Paz unos minutos después de que su hijo, el Humilde Rey de los Cielos, asombre al mundo entero con su caminar único e intransferible.

Hoy es Miércoles Santo. ¡Que se pare el mundo!

Fotos Antonio Poyato







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