Blas J. Muñoz. Es el hombre de la Alcaldesa para las cofradías. El encargado de preservar las relaciones institucionales con las mismas y servir de catalizador entre el gobierno municipal y la Agrupación. Y, a todo ello, hay que sumar el hecho de que el Segundo Teniente de Alcalde de la ciudad, David Luque Peso, es o era cofrade.
En este orden de antecedentes, llama poderosamente la atención la actitud del edil durante la celebración del Pregón de la Semana Santa de Córdoba que tenía lugar este pasado sábado día 12 en el Gran Teatro. La magnífica exaltación de José Juan Jiménez Güeto no debió ser del agrado del concejal socialista puesto que, en todo momento, declinó el aplauso y ello cuando el pregón fue interrumpido en numerosas ocasiones por ovaciones espontáneas.
De hecho, nada más comenzar su alocución, la alusión de la Catedral levantó al público y, tanto la propia Alcaldesa como la Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, regalaron su aplauso al Párroco de la Trinidad, mientras Luque Peso se mantenía impasible. El momento culminante de un final más que ovacionado tampoco debió despertar las simpatías del militante socialista puesto que, como pueden apreciar en las imágenes, permaneció con su rictus serio.
Mientras el respetable y buena parte de los representantes políticos aplaudían, Luque (quien fuera el primer pregonero de la Juventud designado por la Hermandad de la Expiración) no mostró una sola señal de entusiasmo. No sabemos si ello obedece a que sintió nostalgia de su pasado cofrade o se debió a que en la comparativa su pregón quedó como algo menor. O, tal vez, se trataba de un guiño a sus socios de gobierno.
Fotos Jesús Caparrós