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miércoles, 27 de abril de 2016

El Suspiro del Ángel: El ecce homo


Suspira el querubín entre nubes de tormenta que descargaron agua y lágrimas al principio de la primavera cuando la sangre altera. Suspira recordando que hay gestos más feos que negar el saludo y es saludar pidiendo.

Suspiros alados porque lo mismo que se le presentó al Señor como el Ecce Homo, alguien presentó su Ecce Femina y no en que fuera mujer estaba la gracia sino en lo que pedía representar en un momento delicado tras ver las nubes de la tormenta.

Suspira el Ángel porque sabe que donde fuiste feliz no has de volver y de vuelta volver prudente por si amenaza tormenta y las voces del pasado suenan con menos intensidad y en vez del Ecce Femina vuelve el Ecce Homo pero con otro acorde.

Joaquín de Sierra i Fabra




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