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lunes, 4 de abril de 2016

Enfoque: Unas fallas y un cartel de fiestas para el olvido


Marcos Fernán Caballero. El pasado fin de semana se consumó el vergonzoso derroche de dinero anunciado por el tripartito de partidos perdedores de las últimas elecciones municipales que, paradójicamente, gobiernan la ciudad con dramáticos despropósitos semanales. El último de ellos ha consistido en celebrar con unas fallas la llegada de las fiestas de primavera a Córdoba (alguien debió juzgar que sería la pera limonera inaugurarlas de esta original forma). Algunos medios de comunicación locales calificaban de "masiva" la presencia de "cordobasas y cordobases" (en lengua giliprogre) en la penúltima pantomima que el ayuntamiento ha organizado. Bien: si 5.000 personas, según las fuentes de tales medios, constituyen una presencia masiva, pues para ellos la perra gorda. Convencido estoy que, si de un partido del Córdoba se tratara, esas 5.000 personas, menos de un cuarto del aforo del Nuevo Arcángel, tales medios hablarían de "pobre entrada". Si para ustedes 5.000 personas son una multitud, si salen cualquier día de Semana Santa a ver Cofradías les garantizo que alucinarán pepinillos. Hay incluso quien se atreve a afirmar que cualquier noche en el recinto ferial del Arenal se puede ver por allí a más público congregado en busca de... ratos agradables, que el que se congregó para nuestra catetona cremá.



Y, de postre, hemos tenido la presentación del cartel de las fiestas de primavera. El mismo, presentado en el Palacio de Orive en la mañana de hoy lunes, por ser directos y no andarnos mucho por las ramas, aparte de poco vistoso (léase feo), no es nada representativo de la ciudad ni de las fiestas que, supuestamente, viene a anunciar. La artista japonesa Hisae Yanase dice haber representado en él libremente (doy fe) lo que para ella es Córdoba en mayo: Unos jazmines sobre un fondo verde (que la propia autora dice que representa la campiña) bajo unas letras que forman las palabras "Fiestas y feria" (sigo alucinando de que se incluya el nombre de Nuestra Señora de la Salud) que cualquier niño de 2° de primaria puede hacer para un collage con similar o mayor esmero. Francamente creo que, visto el resultado, hubiera sido más representativo, más estético y, por supuesto, más económico para las arcas municipales, que el cartel lo hubiera protagonizado el logotipo de la empresa cervecera que patrocina el mismo.










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