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viernes, 8 de abril de 2016

La Chicotá: De la incultura al esperpento… hay varios pasos


Se repite año tras año para desgracia de muchos, lo podemos observar en las calles en muchos detalles, en la multitud de papeles que se reparten durante la Semana Santa. La falta de formación desencadena una serie de carencias que se hacen notables a medida que persisten en el tiempo, y no solo eso, sino que el personal que lo alimenta busca nuevas formas de aberración.

En mis escasos artículos siempre he tratado de plasmar la mucha o poca formación católica que cada día trato de aumentar y mantener con lectura diaria de evangelio, libros de ascética, espiritualidad, y en general todos aquellos documentos que me permitan entender el verdadero sentido del punto central de nuestra afición -si se le puede llamar así-. Después de ciertos días de nuestra Semana Santa me pregunto ¿qué es lo que se piensa el 80% del público que se “tira” a la calle paquete de pipas en mano y cerveza para bajarlas?

En esta España “progre” en la que vivimos, cada evento se convierte en fiesta, y si para las fechas que nos conviene no la hay nos la inventamos –véase la importación de fallas al mismísimo Arenal-. Para muchos llega la Semana Santa y ven la oportunidad de rodearse de mucha gente para ver nazarenos, ponerse el vestido bonito o ir a ver a las cofradías que se distinguen por seguirles el rollo a los que profesan una incultura no solo Católica –que ya es un problema- sino Cofrade.

Como digo, hay ciertas Cofradías que con el propósito de movilizar al máximo de personas, convierte su estación de penitencia en un esperpento cargado de poca seriedad y bamboleo de sus pasos que, para los que creemos que esto es algo más que una simple fiesta de luces y color, hace que nos invada una frustrante e inmensa pena de ver que no solo se vapulea a Jesús en las narraciones de las Sagradas Escrituras sino que, por muchas calles se le pierde el respeto.

Hay algunas de estas Cofradías que ya tienen un sello propio –para algunos como yo bastante discutible- que con sus costeros, izquierdazos, “vámonos p´atrás” y andemos a la pata coja, levanta la marabunta de aplausos de los que no saben que lo que se conmemora ese día es algo menos “alegre”. También existe lo que se podría denominar como lo “no denominable”.-valga la redundancia-. Eso no denominable es la copia rizando el rizo atesorando mal gusto ya no solo para los que profesan la verdadera fe, sino para el ojo humano por la total falta de preparación y ausencia de sentido común. Y es que no seré yo quien defienda a los que sacan por las calles el catálogo de andares estrambóticos, pero al menos les pido a todas estas cofradías que salen con la cabeza pensando en agradar al publico, que realicen con seriedad y más esmero, los ensayos que permitan evitar el pensar, que sacude a sus pasos no los pies de sus costaleros, sino más bien, un fuerte seísmo.

Profundicemos diariamente en nuestra fe, leamos la Pasión de Cristo y entendamos que el sufrimiento del que murió por nosotros es bastante más profundo y serio que un puñado de aplausos y postureo.

José Ignacio Dionisio




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