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domingo, 10 de abril de 2016

La relación entre el Rocío y el Gran Poder


Juan Pérez. Cualquier viernes que pasee usted por Sevilla y al caer la tarde se encuentre en San Lorenzo, sea de aquí o de fuera tendrá esa sensación de melancolía decimonónica que deja la plaza. Es como si alguien vestido de época fuese a recitar los poemas de Gustavo Adolfo o, quien lo haya vivido, tuviera esa sensación de Madrugá o Sábado Santo cuando todo se está acabando.

Es un lugar mágico y buena parte de culpa la tienen los dos templos que allí se alzan y las imágenes a las que se rinde culto. Una de ellas es el más universal de los rostros de Jesucristo. El Señor recibe cada viernes a sus devotos en legión y tiene esa humanidad del amigo, del hermano, del Padre que escucha, atiende y respeta. Es un aroma nostálgico el de la plaza y deja un sabor seco en la garganta el Gran Poder.

Por si fuera poco, una de las Puertas Santas del Año de la Misericordia en Sevilla es la de la Basílica. Y allí concurren aun más católicos en busca de indulgencias y de la templanza de espíritu que deja el Gran Poder. Como le ha pasado a los hermanos de la Fervorosa, Mariana y Antigua Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de la Villa de Gines que este domingo 10 acudían a celebrar el Jubileo ante el Señor.

Los cofrades lo han dejado patente en RR.SS. con una fotografía que expresa esa devoción y su gratitud a la Hermandad que preside Félix Ríos que, en el mes de noviembre peregrinará con el Señor en salida extraordinaria a la Catedral Metropolitana para celebrar el Año de la Misericordia.


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