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martes, 19 de abril de 2016

La Soledad, el epílogo de la Semana Santa de Alcalá del Río


Antonio Rendón. La Real, Muy Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad y cofradía de Nazareno del Santo Entierro en su Misericordia y Ntra. Sra. de los Dolores en su Soledad Coronada puso el magnífico epílogo de la Semana Santa de Alcalá del Río. 

El primer dato conocido de la hermandad se contiene en una clausula testamentaria (1556. En 1582 se redactaron las primeras reglas conocidas de Fusión con la Hermandad de San Bartolomé Apóstol, administradora de un Hospital Piadoso, las fuentes datan los inicios antes del 1556, en que el cura Bartolomé Ximenez, testó a favor de la efigie de Ntra. Sra. de la Soledad. 

En los desfiles procesionales, el primer paso es el del Triunfo de la Santa Cruz sobre la muerte, popularmente conocida como la canina, cuyo autor fue el escultor malagueño Juan de Astorga Cubero en 1844, que llego a ser profesor y académico de Bellas Artes de Sevilla en el año 1810. La Banda que acompañó al paso del Triunfo de la Santa Cruz fue la Banda de CC-TT Amor de Cristo y San Sebastián que dirige su director Manuel Amador Infante. 

La imagen yacente del Señor de la Misericordia es obra anónima del Siglo XVI. Las reglas de 1582 aluden a un Cristo con su sepulcro, realizado en pasta de madera, estilística y formalmente, responde al tipo de imagen usada en el Medievo para la representación de los Autos Sacramentales, (de ahí sus brazos articulados). El paso del Santo Sepulcro del Cristo Yacente de la Misericordia fue acompañado por la Banda de Música Municipal de la localidad sevillana de Gerena por la tarde noche, y la Banda de CC-TT de San Juan Evangelista de Triana, por la madrugá. 

La Imagen de la Soledad es tardomedieval tal vez estilísticamente renacentista con gesto hierático y Solemne, la boca cerrada la nariz recta, la disposición de las cejas, todo apunta a una expresión de serena dignidad. Solo ojos y lágrimas que se incorpora a la imagen a lo largo de los siglos XVIII y XIX, apunta la sensación del dolor y llanto. Nada más distinto de las expresiones llorosa y apesadumbrada provocada por el rictus de las cejas y el gesto anhelante de la boca típica de las imágenes del XVII en adelante. La Virgen de los Dolores bien se acerca a la definición de Virgen Reina, de autor desconocido, podemos situar la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores en su Soledad a mediados del Siglo XVI. Fue restaurado su candelero en 1986 por Francisco de Paula. En 1996 se procedió a su Coronación Canónica, por el Cardenal Carlos Amigo Vallejo entonces arzobispo de Sevilla. 

Sale esta procesión el Viernes Santo por la tarde. Posteriormente sale el paseo al completo, nazareno costaleros y música sin los pasos de la Real Capilla de San Gregorio Osset, haciendo con ello una vez terminado el paseo. La estación se divide en dos partes, partiendo desde dicha Ermita, hasta la parroquia, donde se celebra el Sermón o auto del Descendimiento. Saliendo de nuevo en la media noche para recogerse de madrugada. En la estación de la tarde las mujeres lucen mantillas negras. Las tres virtudes, las Marías y la Verónica acompañan en la procesión. El paso de la Virgen es un armónico conjunto de bordados en oro sobre terciopelo negro, presenta gran macizo floral, Castillos y Leones en el interior de las bambalinas, en el techo como motivo central una gloria en relieve, este paso reúne piezas de arte de los siglos XVIII, XIX y XX, formando un armónico conjunto que suma más belleza a la antiquísima hechura de su imagen dolorosa titular. Fue acompañada la tarde noche y la madrugá, por la Banda de la Cruz Roja de Sevilla, que dirige su director José Ignacio Cansino González

Fotografía Antonio Rendón Domínguez      





































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