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jueves, 7 de abril de 2016

Verde Esperanza: Sevilla abrió la puerta


Ya saben la noticia estrella del mes, e incluso del año con respecto al orbe musical cofrade. Rosario de Cádiz tocará en Sevilla capital el próximo Miércoles Santo, tras el Cristo de la Sed. La noticia per se ya es la bomba: una de las mejores bandas de cornetas y tambores tocando en una de las Semanas Santas más populares de España. Pero, además, desprende algunas conclusiones más. La primera, de no demasiada importancia, es que la crisis acaecida durante los últimos meses por la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Evangelista comienza a pasar factura a la formación trianera. La segunda, y mucho más trascendente, es que parece que la Sevilla cofrade ha abierto un poquito la puerta, una pequeña rendija por la que se filtra el aire fresco del exterior a ese microclima que es históricamente la Semana Santa sevillana. No le viene mal airear la casa, desde luego.

Reconozco que no sabía si titular el artículo como “Sevilla abre la puerta”, o “Rosario derriba la puerta”, expresión muy extendida en el argot futbolero, cuando un jugador de la cantera tiene un rendimiento tan alto que al equipo senior no le queda más remedio que ponerlo de titular en la temporada. Desde luego algo así ha sucedido con Rosario de Cádiz. Sin embargo, me decanté por el primero puesto que de dos o tres años hacia aquí, percibo cómo comienzan a incluirse en las formaciones que acompañan musicalmente a pasos en la Semana Santa hispalense composiciones de autores foráneos. Particularmente llamativo es el caso de la marcha Mi Amargura, de Víctor Ferrer, que muy pronto comenzó a extenderse tras los palios de toda Andalucía aunque costaba su aceptación en la capital. Pero como decía anteriormente, desde hace un par de años ha comenzado a sonar tras las dolorosas hispalenses. Este año, incluso, la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas la interpretó para entrar en calle Pureza con el palio de la Esperanza de Triana. Prácticamente la Macarena es la única que se “resiste” a los encantos de la espectacular marcha de Ferrer, pero aun así se puede decir que su interpretación ya es moderadamente habitual en Sevilla.

Parece que Sevilla ha quitado los doscientos candados que guardaban su puerta e incluso la ha entreabierto para los magníficos sones de bandas no hispalenses habiten por la bellísima ciudad que corona la Giralda. De ser así, sería una gran noticia para el cofrade sevillano y para el cofrade en general. Y es que ese ombliguismo y actitud de pensar firmemente que todo lo sevillano es lo mejor por el mero hecho de serlo no le hacía ningún bien a la imagen de la que dicen es la mejor Semana Santa del universo. Otras capitales y ciudades importantes llevan años de ventaja en este sentido, Málaga y Córdoba son dos buenos ejemplos de los muchos que hay de Semanas Santas que han apostado por bandas de renombre foráneas. Cuando las cornetas de Rosario de Cádiz resuenen por Nervión y luego por el corazón de la ciudad, igual muchos de los que aún hoy en día recelan de que una banda forastera ponga su música en su impoluta ciudad caen por fin en la cuenta de que fuera de sus fronteras hay muchísimas cosas dignas de valorar y presenciar, incluso más allá de lo que es la música cofrade. Otros seguirán encerrados en esa arcaica idea: ellos se lo perderán.

                La Semana Santa ha avanzado en muchísimos aspectos en el "resto" de Andalucía, incluido el musical, con formaciones musicales por todo el territorio a primer nivel de calidad. Hasta el punto de que cualquier cofrade puede disfrutar igual, si no más, en cualquier punto de nuestra bella tierra. Bien por la Hermandad de la Sed, una decisión valiente y, a la vez, una apuesta segura. Ojalá más Cofradías sevillanas se animen a apostar por música más allá de sus fronteras, que la hay y de gran nivel. Caben muchas marchas y bandas foráneas en la capital andaluza, se lo digo yo. Sevilla por fin abrió la puerta, quizá no le quedó más remedio.


José Barea



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