Blas J. Muñoz. Cuando se toma la imagen que ilustra este artículo se ha superado ya el mediodía y no dejan de resonar, como un eco cercano, las declaraciones del concejal de seguridad, Emilio Aumente: "ya forma parte de la Feria y, llegados a este punto, creo que lo mejor es que estos jóvenes estén en las mejores condiciones, porque si lo eliminas se extendería por toda la Feria y ocasionaría más problemas".
Las palabras de Aumente nos transportan en el espacio-tiempo, como si de Stephen Hawking se tratara. Nos llevan a agosto de 2015, cuando señalaba que "los colectivos, por las necesidades de la ciudad, están acostumbrados a pedir servicios extraordinarios y esta ciudad no está acostumbrada a que la Policía gire tasa, tal y como reflejan las ordenanzas fiscales, algo que sí hacen los bomberos cuando actúan". Una vez planteada la cuestión, Aumente no tiene reparo en señalar directamente a las cofradías "la Magna Mariana le supuso al Ayuntamiento 30.000 euros en horas extraordinarias o fuera de servicio, que no se giraron".
Lo recuerdan, ¿verdad? Entonces todo hacía indicar que la movilizacón de agentes de la policía local era muy costosa para el Consistorio, hecho que se contradice, ¿no creen?, con el primero que les exponíamos. Sadeco o sale gratis o es tan eficiente, por obra y gracia de apenas un año mal contado de gobierno bipartito, que recoger basura a mansalva en el Mirador del Río sale rentable o, incluso, es un negocio que los torpes ciudadanos desconocíamos.
Sea como fuere, lo que no parece edificante es ver la basura arrebujada por toneladas y que una feria se use como excusa para beber, o unas cruces para hacerlo de idéntica manera y seguro que ahora saldría quien criticase que se vean a costaleros en tabernas (al menos es bastante más limpio). No parece, desde luego, una imagen de marca, como tampoco que haya silencios tan cómplices que callan los editoriales que antes eran el filo de la navaja adecuado para atacar al anterior gobierno.
Foto Jesús Caparrós