Encontré esta foto el martes después del Rocío y me hizo recordar mi bautizo en El Quema, en el que mi abuela Encarna fue mi madrina y me puso de nombre "Pajarillo Volandero", porque con la edad que tenía, unos 4 ó 5 años, no había parado quieta en el camino. Lo normal, vamos.
Recordé con me miraba en los ojos de todos aquellos que me acompañaban y lo feliz que me sentía durante esos días en los que cambiaba mis muñecos por castañuelas, mi cómoda cama por dormir con mi abuela en la una litera, mi sofá por el frío congelador que teníamos en el balconcillo de nuestra carriola " Las Abuelas", donde íbamos sentadas mi madre, Mari Carmen Moyano hija y yo, o mis noches silenciosas por las noches junto a la candela y la carreta del Simpecado cantando sevillanas.
Todo vino a memoria como aire fresco, esa frescura que he visto en los ojos de mi hija al ir por primera vez a la romería.
Todo era nuevo para ella. Sus ojos parecía que se les iban a salir de la cara al querer captarlo todo en sus retinas. Su carita redonda reflejaba la tranquilidad de estar junto a la que le cuida siempre junto a mí, su Mamá Celestial. No extrañaba, es normal, es pequeña y su mente no guardará este recuerdo que quedará para siempre en mi memoria, como aquel bautizo en El Quema en el que me pusieron el nombre del pajarillo que se posó sobre el paso de la Virgen.
Raquel Medina
