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martes, 3 de mayo de 2016

Hasta dónde llega la mirada de la Virgen de la Sierra


Blas J. Muñoz. Es un domingo cualquiera, una fecha más en el calendario de los días y, sin embargo, un hecho casual, que de casualidad nada tiene, lo va a hacer distinto. Una llamada trae la sorpresa. Jesús va camino de Cabra a ver a hacer un reportaje a la Virgen. Las fotografías -habrá quien piense- son solamente eso, imágenes salteadas en el tiempo. Pero el tiempo es el todo y la nada del hombre, lo que quisiéramos detener en algún instante de luz y se torna inabarcable para mostrarnos lo efímeros que somos.


Cada nota, cada palabra va contando una sensación diferente. Pienso en cómo será su llegada a los pies de la Virgen, en los rostros anónimos para mí que llegaron antes que él, antes que yo que aun no he podido recorrer esos pasos iniciáticos. Recuerdo una vez más el poema de Kavafis, Itaca y el destino convertido en eterno camino donde se aprende y disfruta sin importar el final del trayecto. Su sueño Panhélenico parece tocarse con el viaje onírico que nos deposita ante la Virgen para dotar de todo su significado a los desterrados hijos de Eva.



El paisaje muestra las miles de muescas, los hitos de un destino por escribir, los caminos vitales que se confundieron en el suyo porque el todo es tan singular como cada persona, individual, que lo transita. Y es más que una romería por llegar o una procesión solemne cada ocho de septiembre. Es como otro junio inundando las poblaciones con su Gratia Plena. Es como el paso por el Puente que la condujo hasta la ciudad que se sorprendió. Es como su entrada en San Roque o cada noche en la Trinidad, o la Catedral rendida a sus plantas.


La Sierra, la de su Virgen milagrosa está en calma. Jesús ya ha llegado hasta ella y me envía una fotografía. Es más que una imagen. Son instantes de la propia biografía que ahora compartimos. En cada una de las que ilustran estas palabras y hablan por sí mismas, se contiene un pedacito de historia personal que va creciendo ante Ella ¿Hasta dónde llega la mirada de la Virgen de la Sierra? No lo sé y supongo que es infinita porque llega hasta mí en un domingo donde la primavera ha vuelto a colarse por las rendijas de mis sentidos que Ella ahora inunda una vez más.


Fotos Jesús Caparrós 



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