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martes, 31 de mayo de 2016

Llegó la hora de la verdad, ¿Catedral sí o no?


Blas J. Muñoz. Doscientos tres días han transcurrido desde que los hermanos mayores de las cofradías, reunidos en pleno en la Agrupación, decidieran por unanimidad acudir íntegramente a la Catedral en la Semana Santa de 2016. Aquella decisión fue compleja tanto por la situación política que se vivía como por los sacrificios que habían de asumirse.

A partir de ese momento, se precisaron tres meses para configurar por completo los horarios e itinerarios de todas las jornadas, hasta el punto de que las del Lunes y Miércoles Santo se dilataron hasta prácticamente alcanzar la Cuaresma. Se consiguió que todas discurriesen en sus estaciones de penitencia por el primer templo de la ciudad, pero muy lejos de hacerlo de manera uniforme.

Si las condiciones meteorológicas lo hubiesen permitido de forma completa, las hermandades de Domingo de Ramos, Martes y Viernes Santo habrían accedido al interior de las arquerías catedralicias. Lunes, Miércoles y Jueves solamente por el Patio de los Naranjos. De hecho la del Lunes, al que la lluvia solo permitió contemplar al Vía Crucis, era la jornada que más variables presentaba.

Así las cosas, de la decisión que se adopte en unas horas depende el futuro de la Semana Santa en más de un sentido y, en este caso, no parece recomendable (para una situación que, con las oportunas modificaciones que presentara una posible apertura de la segunda puerta, se antoja prmanente) que la improvisación sea el eje que vertebre negociaciones y planificación a posteriori.




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