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viernes, 10 de junio de 2016

En mi Huerto de los olivos: Una ciudad cuajada de procesiones


Llevaba toda la semana, pensando de que, iba a tratar mi artículo de hoy, después del de la semana pasada, tras el que unos se manifestaron hacia mí dándome su apoyo y gracias, por el mismo, otros lo hicieron al contrario, como era de esperar. Y agradezco tanto a los unos como a los otros que lo hicieran y se expresarán. También se, de otros que se han expresado de otras maneras y formas, las cuales respeto. El libro de los gustos esta sin escribir o cada uno tiene el suyo, escrito.

Y buscando un tema por el cual escribir, me llega, mira tú por dónde, una invitación con su enlace correspondiente del programa cofrade de la emisora de COPE, que se emitió en la mañana del jueves y por motivos de trabajo no pude escuchar. Me coloque mis auriculares correspondientes para no perderme detalle de lo que allí acontecía. También es verdad, que me llamó la atención la terna de contertulios, de renombre y cultura cofrade más extensa que la mía y por supuesto más profunda.

Escuchando a los contertulios, es significativo que uno de ellos, hiciera mención a la cantidad de procesiones sacramentales que ahora tenemos por nuestra ciudad, además de la cincuentena que tuvieron en la ciudad hermana de Sevilla, el fin de semana pasado, ¡qué envidia!, a la cual también hicieron referencia. Y es cierto, en Sevilla cincuenta y en Córdoba creo que tuvimos, si no me equivoco al contar la nada despreciable cantidad de dos el sábado por la tarde, cinco el domingo a la mañana y dos más por la tarde. Eso hacen nueve en un fin de semana, ¡qué maravilla!. Eso no lo hemos tenido nunca en nuestra ciudad, que yo recuerde. Perdón creo que fueron diez, se me olvidaba una en un barrio de la periferia cordobesa, que también existe.

Otro de los locutores manifestaba que en una de ellas se podía ver la cantidad de gente que hubo. Se refería a la del Sagrado Corazón de Jesús de San Hipólito. Y llevaba mucha razón. Mucha no, muchísima gente acompañando a la Sagrada Imagen de la Compañía de Jesús, pero estarían mejor delante y no detrás de la misma, bajo mi humilde punto de vista. En pleno centro de la ciudad.

No sé si los contertulios pudieron ir a ver alguna de las que se celebraban en las distintas Parroquias de nuestra ciudad, buena parte de ellas organizadas por hermandades Sacramentales. Yo si fui a ver todas las que mi cuerpo me permitió. Además participe en una de ellas, portando a su Divina Majestad por las calles de un barrio humilde.

Pude comprobar en la tarde del sábado como estaba un barrio que por distancia parecía no hace mucho tiempo, el pueblo más cercano de Córdoba. Llegue al final de la celebración de la ceremonia y no exagero si digo que allí había mucha gente en la Eucaristía. Y como decían unos famosos humoristas, por lo menos había veintidós. Pues sí señor, cerca de las dos centenas de vecinos y creo que me quedo corto, pero no quiero pecar de exagerado. Y lo que allí había eran creyentes en casi su totalidad. Unos pocos de costaleros, pongamos unos treinta con sus capataces unos cuatro y el resto miembros del barrio con los integrantes de la hermandad y su Junta de Gobierno. Impresionante el ambiente que allí se vivía y para colmo de más gente, la impresionante puesta en escena de su banda que celebraba su jornada de puertas abiertas, que apareció una vez terminada la ceremonia y se dispusieron a interpretar marchas procesionales con alrededor de unos doscientos músicos más. Una pasada. Gloria para cualquier costalero llevar una banda con esa cantidad de gente y sonando de categoría. Hubo representaciones, si no conté mal, de diez bandas más. En un barrio de fuera de la ciudad. El Naranjo.

Después estuve en otra procesión en el barrio de Poniente que ya ha demostrado el sentido de su procesión del Corpus. Impresionante la gente que había alrededor, quizás se puede diluir con el cortejo, puede ser. Pero paso a paso, que por allí se hacen las cosas con mucho criterio cristiano, católico y cofrade a la vez. Sí había costaleros tanto llenos de experiencia bajo las trabajaderas como noveles en este mundo del costal, pero llenos de emoción por poder llevar a la imagen de la Inmaculada Concepción. ¡Qué bonita catequesis con un costal puesto!. Mas un banda de unos sesenta componentes. Espectacular el ambiente que lo rodeaba.

El Domingo por la mañana, sólo pude asistir a una. Acudí y participe en ella. En un barrio que también esta lejillos del centro y en el cual se llevó al Cuerpo de Dios a los impedidos. Pocos fuimos los componentes pero alrededor de las cien personas acompañando al Señor. ¡Ah!, con una banda de acompañamiento musical de unos cuarenta componentes más. En el Cerro, hay lo que hay, pero los  vecinos salían a sus puertas al paso del Señor. Sin costaleros…

Esa misma mañana hubo más pero no puede asistir a verlas. Me quede con las ganas, pero el don de la ubicuidad no lo poseo. Una pena, pero no pudo ser.

Descansé y me puse en marcha hacia otro barrio no tan retirado como alguno de los anteriores, pero que tampoco está cerca. Siete de la tarde y la fachada de San Vicente Ferrer relucía espectacular. ¡Qué ambientazo en otro barrio castizo cordobés!. ¡Qué cantidad de niños acompañando al Cuerpo de Jesús!. ¡Cuánta gente del barrio acompañando y cuántos vecino asomados a las ventanas, balcones y puertas!. Además de la cantidad de altares pequeños y sencillos que había en el recorrido al paso de la Custodia. Había costaleros, capataces y banda pero no eran los importantes, eran meros acompañantes del sentido religioso de la procesión.

Me fui corriendo a otro punto de la geografía cordobesa, a la Huerta de la Reina. Otra procesión del Corpus. Chiquillo, ¿no tienes ya bastante?. ¡Pues no!, después les digo el por qué. Mucha gente, quizás más en el cortejo que por los alrededores -me alegro y mucho-, con sus costaleros, sus capataces y su banda, demostrando que no es sacar por sacar, haciendo catequesis verdadera de fe, que ya vendrán otros a querer quitarla. En todos estos sitios había gente de todos los colores, edades y estados físicos. Simplemente querían demostrar fe y devoción.

¿El por qué que les comenta anteriormente? Tengo cuarenta y cuatro años y antes, cuando acababa la Semana Santa, sólo teníamos las procesiones del Corpus, María Auxiliadora, Carmen, Tránsito y Socorro. Para mí es una alegría poder disfrutar de todas estas. Haya más o menos gente. Sean del centro o de un barrio, del más cercano al corazón de la ciudad o del más alejado. Los cofrades queremos, con esta cantidad de procesiones, seguir demostrando nuestra fe y lo demostramos con educación, respeto y cultura. Respetamos a los que no les gustan y respetamos que no vayan, pero respétennos a los que si queremos esto. Y sí, estoy a favor de las procesiones por muchas que sean, porque es una manera muy especial de seguir mostrando la fe, es una manera de que nuestra Iglesia este viva, con las hermandades y no por supuesto a cualquier precio, sino con el verdadero sentido que se les da. ¡Vivan las procesiones de Gloria!. Antes teníamos las justas y ahora es una pena no poder disfrutar de todas.

A los contertulios les digo que yo quiero tener estas procesiones, hay que demostrar en lo que creemos y lo que somos. Pero siempre con un verdadero sentido católico y a la vez cofrade. Sigan con su programa, echo de menos no tener más cantidad. Pero gracias por lo que tenemos.

Sean felices y cuidado con estos días de calor. Qué pasará cuando estemos en verano. No quiero ni pensarlo, hermana prepara la piscina que voy de camino. Les quiero, nos vemos la semana que viene.

Pachi Giraldo







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