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miércoles, 15 de junio de 2016

Enfoque: La presión del hermano mayor


Blas J. Muñoz. Ayer veía la luz una noticia, siempre triste, cuando se trata del fin abrupto de una etapa. Aduciendo motivos personales, el hasta entonces Hermano Mayor de la Esperanza, Javier Baena decidía presentar s dimisión y renunciaba, por tanto, a concluir un mandato que, entre 2014 y 2015 vino marcado por un buen número de actos sobresalientes con motivo del Aniversario Fundacional de la corporación del Domingo de Ramos.

El caso de Baena no es único y, con cierta dosis de posibilidad, el futuro nos deparará alguno más. Ello, unido a la endémica dificultad de algunas corporaciones cordobesas para encontrar regente, mientras que en otras la existencia, por ejemplo, de dos candidaturas propicia rivalidades irreconciliables, nos lleva a interrogarnos acerca de los motivos últimos que subyacen.

En estas página virtuales hemos sido notarios, desde gestoras a votaciones reñidas, e incluso, a candidaturas únicas que recibieron la reprobación o falta de confianza de hasta un cuarenta por ciento de los hermanos reunidos en cabildo. Y siempre ahí quien se pregunta el porqué de seguir adelante con una oposición evidente. Es sencillo, las Reglas te amparan, por más que la lógica indique que podría ser más aconsejable una retirada a tiempo. Si bien, tampoco deja de ser cierto que, en ambos supuestos, siempre habrá con quien no se acierte y sea el tiempo el que juzgue si la permanencia resltó fructífera o, por contra, el patrimonio humano quedó devaluado irremisiblemente, tal y como parece en algunos casos repartidos por las cofradías de la ciudad.

Sea como fuere, en el caso de la Esperanza la vitalidad de la cofradía parece fuera de cualquier atisbo de duda. Ayer, tiempo después de que se hiciera pública la noticia, alguien me decía que se va un grande. No conozco al ya Ex Hermano Mayor para valorar en profundidad. Lo que no deja de ser cierto es que los actos del Aniversario fueron sobresalientes, incluida una presentación de los mismos a la que, por estas tierras, no estabamos demasiado acostumbrados. Como tampoco deja de serlo que consiguió, en el momento de máxima tensión política, que la Alcaldesa hiciera una levantá. En mi gusto personal y de haber estado en su lugar no lo hubiera permitido, pero no es menos cierto que la imagen creó un impacto inmediato, imposible de imaginar apenas unos segundos antes.

Foto Álvaro Córdoba Hinojo



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